La acidez estomacal es una sensación de ardor o quemazón en la parte inferior del pecho debajo o detrás del esternón, que en ocasiones se irradia hasta el cuello o la garganta y puede llegar acompañada de un sabor agrio o amargo.
La acidez es una señal de que este ácido sale del estómago y sube por el esófago, en dirección a la boca. Este hecho provoca la sensación de ardor conocida como acidez gástrica o pirosis.
Con frecuencia, esa sensación de quemazón, que puede durar desde algunos minutos hasta varias horas, se produce después de una comida copiosa o mientras se está acostado o inclinado. No se trata de una dolencia grave y la mayoría de las personas la experimentan alguna vez en su vida, pero también puede producirse de manera frecuente (dos o más veces por semana). Es entonces cuando se habla de enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE).
Cuando se consulta sobre ella en la oficina de farmacia es muy importante conocer sus características y descartar que existan señales de alarma antes de recomendar un tratamiento farmacológico o derivar a su médico.
¿Quién padece acidez de estómago?
Según la Sociedad Española de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pedátrica (SEGHNP), el 25% de los adultos del mundo occidental padecen los síntomas más frecuentes de ERGE (pirosis o quemazón y regurgitación) una vez al mes, mientras el que el 12% los sufre una vez a la semana y el 5%, a diario. Se trata, por tanto, de una dolencia bastante común, sobre todo entre personas mayores y mujeres embarazadas.
¿Qué causa la acidez de estómago?
La acidez de estómago se puede deber a distintos factores. El esófago no está preparado para soportar la acidez del contenido gástrico, por eso se puede inflamar y lesionar si la presencia de ácido es muy frecuente o no se elimina adecuadamente.
Los problemas de acidez estomacal se producen cuando el esófago entra en contacto con una gran cantidad de jugos gástricos durante un periodo de tiempo prolongado. Normalmente, la válvula muscular localizada en el extremo inferior del esófago, llamada esfínter esofágico inferior (EEI), mantiene el ácido en el estómago y fuera del esófago, pero, si se relaja, permite el reflujo de ácido estomacal o, en otras palabras, que el ácido vuelva al esófago.
¿Qué puede empeorar la acidez gástrica?
Existen numerosos factores que pueden provocar o empeorar la acidez del estómago
– Estrés
– Nervios
– Malos hábitos alimenticios: comidas muy copiosas, rápidas
– Abuso de alcohol, bebidas gaseosas y café
– El tabaco
– Los fritos y las comidas picantes
– Algunos medicamentos como los AINES (por ejemplo, ibuprofeno), sedantes para el insomnio o la ansiedad…entre otros
¿Qué complicaciones puede tener?
La acidez de estómago no suele ser grave, pero si comienza a producirse con frecuencia puede provocar esofagitis o inflamación del recubrimiento del esófago. Es muy importante acudir al médico, en el caso de que la acidez se repita dos o mas veces por semana, unido a la intensidad de estos.
¿Cómo se trata el ardor de estómago?
La acidez estomacal ocasional se puede controlar cambiando, por una parte, algunos hábitos en el estilo de vida e ingiriendo de manera adecuada algunos medicamentos
En las medidas higiénico-dietéticas a realizar cabe destacar las siguientes:
– Evitar la obesidad y el sobrepeso.
– Evitar las comidas copiosas, procurando comer menos abundante y más frecuentemente, entre 5 y 6 comidas diarias.
– Dedicar tiempo a la comida (entre 20 y 45 minutos por lo menos). Masticar suficientemente los alimentos, la digestión comienza en la boca.
– Detectar y evitar aquellos alimentos que le puedan producir estos síntomas, debido a que disminuyen la presión del esfínter esofágico inferior.
– Comidas con alto contenido en grasa, fritas y muy condimentadas con especias, chocolate, productos con tomate, zumos y frutas ácidas.
– Alcohol, café, té y bebidas gaseosas o con cafeína, menta y cola.
– En caso de tener ardores durante la noche elevar la cabecera de la cama 20 cm y evitar la posición de decúbito postprandial. El recostarse sobre el lado izquierdo facilita el vaciado gástrico.
– No fumar. El tabaco disminuye la presión del esfínter esofágico inferior.
– Controlar el estrés.
– No realizar ejercicio físico extremo (aumenta la acidez) o después de comer.
– Evitar ropas ajustadas y cinturones apretados.
En cuanto a la medicación: los antiácidos son eficaces para combatir la acidez gástrica puntual y no necesitan prescripción médica. Se recomiendan las combinaciones de hidróxido de magnesio y aluminio (almagato, magaldrato). Siempre bajo el consejo de tu farmacéutico que indicará al paciente sus efectos secundarios y las posibles interacciones con su medicación habitual, sobre todo en pacientes polimedicados. Hay que evitar su abuso.
Se deben reservar los fármacos antisecretores para situaciones en que la clínica es frecuente y persistente, y siempre bajo prescripción médica.
Jaime Ruiz de Castañeda Gallego
Farmacéutico comunitario-Diplomado en Nutrición y Dietética Humana
Colegio Oficial de Farmacéuticos de Ciudad Real






































































