La llegada del frío y los cambios bruscos de temperatura suelen llevar consigo la aparición de resfriados, sobre todo si el descenso térmico coincide con un estado bajo de las defensas. Además de la alimentación, la fitoterapia puede ser una herramienta de gran ayuda para fortalecer el sistema inmunológico y frenar así el desarrollo de catarros o infecciones propias del otoño y el invierno.
• ¿Qué es el sistema inmunológico?
El sistema inmunológico está compuesto por órganos, tejidos y células que hacen posible que el cuerpo combata enfermedades de forma natural.
No existe una única razón o causa para que el sistema inmunitario se deteriore. En realidad, puede deberse a varios factores, por ejemplo, tomar antibióticos por mucho tiempo, una vida de mucho estrés, poco descanso, una dieta desequilibrada o incluso la falta de ejercicio, puede ir mermando las defensas en el organismo. A este hecho se le conoce popularmente como: «tener las defensas bajas».
Cuando el sistema inmunitario se ha debilitado y nuestras defensas naturales bajan, el organismo está más vulnerable a cualquier infección, especialmente de índole respiratorio.
• ¿Qué recursos de la fitoterapia nos pueden ayudar entonces a la hora de mejorar nuestras defensas?
Hoy por hoy se sabe que la administración de productos inmunoestimulantes de origen natural o sintético facilita la respuesta inmunológica por ello, en periodos previos a épocas caracterizadas por un aumento de los procesos respiratorios catarrales o gripales, puede ser recomendable la administración de preparados farmacéuticos capaces de aumentar la resistencia inmunitaria, dentro de los cuales se encuentran los procedentes de distintas plantas medicinales.
– Echinacea
Es una de las plantas medicinales más relevantes, tanto en la prevención como en el tratamiento del catarro o de la gripe . Sus extractos poseen numerosos principios activos con propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, cicatrizantes e inmunoestimulantes que consiguen crear una barrera protectora frente a las agresiones víricas y bacterianas.
Se recomienda utilizarla desde el comienzo del frío para prevenir la repetición de infecciones, y cuenta además con el aval de la Agencia Europea del Medicamento (EMA).
Por otro lado, la equinácea también puede resultar útil si se combina con otros productos naturales como la menta o la salvia, que permiten aliviar las molestias de la garganta, también frecuentes en estas épocas del año.
– Tomillo y Romero
Tienen propiedades antisépticas y antibacterianas, puede aprovecharse como especie, aceite o en infusiones. Las infusiones, por ejemplo, son muy positivas para tratar las infecciones de índole respiratorio y los dolores de garganta. El romero, aparte, es rico en vitamina C.
– Rooibos
El té rooibos es un recurso que permite incrementar las defensas del sistema inmunitario. Incluye aspalatinas y polisacáridos que contribuyen a retrasar el proceso de envejecimiento del organismo. También ayuda a combatir las alergias, a tratar problemas respiratorios y los síntomas de la rinitis.
– Ajo deshidratado
Se ha demostrado que el ajo tiene propiedades antimicrobianas y antineoplásicas.
– Boldo
La infusión de boldo también puede ayudarnos. Es muy popular por sus propiedades hepáticas y digestivas. Aunque en este caso usada por su actividad inmunomoduladora, se recomienda su consumo con la llegada del invierno.
– Té verde, ginkgo Biloba
Tienen propiedades antioxidantes, que ayudan a que el organismo se proteja de la forma de actuar de los radicales libres.
– Genciana
Esta raíz también estimula la acción de los glóbulos blancos, siendo muy recomendada para tratar los síntomas de dolencias como sinusitis, faringitis o anginas.
– Uña de gato
Esta curiosa planta también nos ayuda a incrementar las defensas del organismo. Esto es debido a que cuenta con un alcaloide conocido como isopteropodina y ácido clorogénico que contribuyen a mejorar la acción de los glóbulos blancos para que acaben con elementos tóxicos del organismo.
– Setas medicinales como shiitake, maitake y reishi estimulan la producción de leucocitos ante el ataque de microorganismos patógenos.
– Algas como la Espirulina que, debido a su poder antioxidante y elevado contenido en nutrientes, son recomendadas para combatir todo tipo de infecciones del sistema respiratorio.
• Algunos consejos finales
Es conveniente mantener niveles adecuados de vitamina C que, además de estar presente en muchos alimentos como los cítricos, pimientos, acerola… puede obtenerse en forma de suplementos. Además, son importantes las vitaminas A, y E como antioxidantes celulares que protegen al organismo frente a los radicales libres.
Sabemos que dormir bien o hacer ejercicio ayudan a que nuestras defensas corran por nuestras venas más alegremente.
Así mismo es importante estar al día en vacunaciones, reducir al máximo las situaciones de estrés o al menos buscar momentos relajantes.
No olvidemos para terminar que una alimentación equilibrada y la práctica de ejercicio de forma regular ayuda a reforzar nuestras defensas
Lorena Gómez- Belinchón
Farmacéutica Comunitaria de Socuellamos
Colegio Oficial de Farmacéuticos de Ciudad Real






































































