A lo largo del día es recomendable realizar cinco comidas. Por lo que es aconsejable tomar algo a media mañana y a media tarde, merendar. Y más recomendable aún es que esas meriendas sean saludables ya que, como bien sabemos, nuestra alimentación va a influir directamente en nuestro estado de salud y en el desarrollo o en la prevención de enfermedades.
Debemos optar por alimentos saludables en nuestras meriendas al igual que en el resto de las comidas, y evitar alimentos procesados y ultra procesados.
Es un buen momento para tomar frutas, a poder ser, de temporada y proximidad y siempre es mejor enteras que en zumo.
Podemos elegir también lácteos, no excesivamente grasos ni azucarados. Un vaso de leche o un yogur natural, así, sin añadir nada más, es una buena opción. O podemos añadir trocitos de fruta fresca. Es importante recordar que los yogures de fresa, por ejemplo, no es una forma de tomar fruta y no son realmente saludables. Un yogur natural con unas fresas picadas siempre sería mejor.
Otra opción saludable para nuestras meriendas serían los frutos secos. Un puñado, dos o tres veces por semana, son un buen alimento. Frutos secos naturales, no fritos y sin sal añadida. En este caso debemos tener mucho cuidado con los niños y no ofrecerlos enteros hasta los seis años por riesgo de asfixia. A partir de esa edad debemos tener cuidado mientras son consumidos y que sean muy bien masticados. Por eso, posiblemente no son una buena opción para que los niños los lleven al cole o al parque, ya que seguramente estén jugando y estarían expuestos a gravísimos atragantamientos. Pero en cualquier otro momento, son una opción muy saludable.
Sobre todo, los niños, algo que suelen merendar son los sándwiches o bocadillos, que son recomendables a cualquier edad. Pero debemos tener mucho cuidado con todos los componentes de esos bocadillos ya que pueden dejar de ser saludables muy fácilmente. El pan debe ser integral, sin azúcares añadidos. Y para el contenido, debemos evitar las carnes procesadas, fiambres y patés. Podemos recurrir a frutas y verduras (tomate, aguacate, pepino…), legumbres (humus…), lácteos (magros y sin azúcares añadidos), incluso chocolate (con más del 85% de cacao), entre otras muchas opciones y combinaciones.
Las galletas son un alimento al que es fácil recurrir. Pero no debemos olvidar que las industriales no son recomendables, al igual que el resto de bollería. Podemos optar por elaborar galletas o productos similares en casa. Pero debemos tener cuidado con los ingredientes de la receta para que sea saludable. Utilizar harinas integrales, y evitar añadir azúcar o mantequilla son ideas que debemos tener presentes.
Todas estas recomendaciones son válidas para la población general, desde los niños que comiencen con la alimentación complementaria sobre los 6 meses de edad, hasta los ancianos. Sólo debemos prestar atención a las alergias e intolerancias que pueda presentar cada persona a nivel individual, para evitar los alimentos que no deban tomar.
Y, por supuesto, todas estas ideas deben incluirse dentro de una alimentación global saludable. Es importante que aprendamos a comer bien y que les enseñemos a nuestros peques también. Ya que, como dijimos al principio, de nuestra alimentación va a depender en gran medida nuestra salud.
Mari Luz Villalón Casero
Farmacéutica comunitaria de Daimiel
Colegio Oficial de Farmacéuticos de Ciudad Real






































































