La dermatitis atópica (DA) es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que cursa con brotes. Éstos suelen comenzar durante el primer año de vida y pueden mantenerse hasta la edad adulta. Además, esta enfermedad tiene la particularidad de que se asocia con frecuencia a enfermedades alérgicas y asma.
El síntoma más frecuente de esta afección de la piel es el picor, que puede ser muy intenso y duradero en el tiempo. El paciente afecto de DA lo que presentará en la piel son unas lesiones muy secas y enrojecidas, tipo eccema. Como el picor es muy intenso, en muchas ocasiones el paciente (la mayoría de las veces niños) se rascará, con lo que podrá dañar más la piel y producir excoriaciones, que posteriormente podrán infectarse.
Las lesiones propias de la DA pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero suelen afectar con más frecuencia a la cara y cuello en bebés y niños. En adultos, sin embargo, la dermatitis suele aparecer más en forma de placas en las zonas de flexión de codos y rodillas.
La microbiota intestinal es el conjunto de microorganismos que habita en nuestro intestino de manera habitual. Estos microorganismos tienen un papel importante a diferentes niveles, como en la digestión de los alimentos, síntesis de vitaminas y en el sistema inmunitario. La microbiota se va formando durante los primeros años de vida hasta que adquiere una composición, diversidad y capacidad funcional determinadas.
Entre en el intestino y el sistema inmunitario hay una relación muy estrecha. Los cambios en la composición y función de la microbiota es lo que conocemos con el nombre de disbiosis. En diferentes estudios se ha comprobado que esta disbiosis tiene relación con la aparición de DA, ya que puede verse afectada la respuesta inmune de la piel.
El tratamiento de la DA va encaminado a disminuir los síntomas (picor y eccema) y prevenir su aparición. Para ello vamos a tratar diferentes frentes:
• Educación del paciente y la familia: hay que informar que se trata de una enfermedad crónica, en la que a veces estará mejor y otras peor. Lo normal es que con la edad vaya mejorando la sintomatología.
• Evitar factores desencadenantes de los brotes, como el estrés, sudor y determinados tipos de ropa.
• La higiene de la piel se hará con agua tibia, ya que el agua muy caliente puede agravar los síntomas.
• La piel tendrá que estar siempre muy hidratada para poder mantener la función barrera. Usaremos productos muy emolientes, que le aportarán lípidos a la piel.
• Los pacientes con DA podrán beneficiarse del tratamiento con probióticos (bacterias y levaduras vivas) que ayudarán a que la microbiota intestinal tenga una composición adecuada, pudiendo disminuir así la intensidad y duración de los brotes.
• Para el picor, si es muy intenso, el médico puede prescribir medicamentos, como los antihistamínicos.
• Durante los brotes pueden usarse corticoides tópicos, siempre con prescripción médica, para disminuir la inflamación y el eccema.
• En cuadros más graves puede necesitarse tratamiento sistémico con medicamentos que actúan sobre el sistema inmunológico.
Laura Quintana Tirado
Farmacéutica Comunitaria
Colegio Oficial de Farmacéuticos de Ciudad Real






































































