En el caso de una ola de calor como la que estamos sufriendo, los mecanismos que regulan la temperatura de nuestro organismo pueden fallar y aparecer dos complicaciones de gravedad creciente, el síndrome de agotamiento-deshidratación y el golpe de calor.
– El síndrome de agotamiento-deshidratación es la consecuencia de la alteración provocada principalmente por la pérdida por el sudor y una insuficiente hidratación.
– El golpe de calor se origina a consecuencia de un fracaso agudo de la termorregulación y constituye una urgencia médica que debe tratarse rápidamente.
Existen factores de riesgo que pueden alterar la adaptación del organismo a las altas temperaturas, entre los que se encuentran la edad extrema (lactante, niño, persona de edad avanzada), las patologías crónicas y los medicamentos asociados a dichas patologías.
A pesar de que no se ha establecido una relación causal entre el consumo de medicamentos y la aparición de un golpe de calor, existen algunos medicamentos que interaccionan con los mecanismos adaptativos del organismo y pueden contribuir al empeoramiento de las patologías originadas por las altas temperaturas.
¿A qué medicamentos hay que prestar atención?
– Medicamentos que provocan alteraciones de la hidratación y electrolitos como los diuréticos.
– Medicamentos que pueden alterar la función renal, como los antiinflamatorios y algunos antibióticos.
– Medicamentos cuyo perfil farmacocinético puede ser afectado por la deshidratación. Por ejemplo, sales de litio, los antiarrítmicos y la digoxina.
– Medicamentos que pueden impedir la pérdida calórica, como algunos antidepresivos y algunos antihistamínicos.
– Medicamentos que pueden bajar la presión arterial.
¿Qué podemos hacer?
Las personas que estén tomando este tipo de medicamentos de forma crónica deben prestar especial atención a las recomendaciones para protegerse del calor, haciendo hincapié en una correcta hidratación.
Hay que tener especial cuidado con las personas de edad avanzada ya que éstas tienen alterada su capacidad para sentir la sed y disminuida su capacidad de termorregulación mediante la transpiración.
Por otra parte, es importante no tomar ningún medicamento sin consejo médico.
¿Cómo conservar los medicamentos?
Unas malas condiciones de conservación pueden restar eficacia a los medicamentos y producir efectos no deseados. Por ello de forma habitual, y muy especialmente en momentos en los que la temperatura ambiente sea muy elevada, deben ser conservados en lugares frescos y secos, no expuestos directamente a la luz solar.
Las condiciones específicas de conservación figuran en el envase de cada medicamento: medicamentos a conservar entre +2 y +8°C o medicamentos a conservar a una temperatura inferior a 25 o a 30°C. En el caso de no tener menciones específicas de conservación, la temperatura ambiente la que prima (la temperatura ambiente se entiende por un clima continental).
Es aconsejable conservar en frigorífico los jarabes y suspensiones, cremas, supositorios y óvulos ya que son formas farmacéuticas más sensibles a temperaturas elevadas (en el caso de supositorios y óvulos conviene ponerlos a temperatura ambiente unos minutos antes de su aplicación).
La cocina y el baño, lugares donde tienden a almacenarse los medicamentos en los hogares, no resultan lugares apropiados para una buena conservación, al estar sujetos a cambios bruscos de humedad y temperatura.
Recordemos:
– Ante el calor, mantenga el cuerpo fresco e hidratado.
– Beba agua regularmente, evitando las bebidas azucaradas, alcohólicas o con cafeína.
– Haga comidas ligeras (ensaladas, frutas, verduras, gazpachos…), que ayuden a reponer las sales perdidas por el sudor (ensaladas, frutas, verduras, gazpachos o zumos).
– Conserve los medicamentos en lugares frescos y secos
Sagrario Pérez de Agreda Galiano
Farmacéutica del Centro de Información del Medicamento
Colegio Oficial de Farmacéuticos de Ciudad Real






































































