Las bolsas de plástico se convirtieron en un producto de un solo uso desde hace décadas. Una de las razones es que son el producto del malgasto de ingentes cantidades de agua y energía en su fabricación.
Otra, es que la durabilidad útil es efímera, pero luego pasan décadas en los vertederos sin descomponerse. De hecho, el plástico se caracteriza por ocupar un gran volumen y durante mucho tiempo cuando se convierte en un desecho.
Pero, si te planteas dejar el plástico de lado, probablemente te estés preguntando, ¿cuál es la bolsa que debes comprar para no dañar el planeta? ¿Qué tipo de bolsa es más sostenible?
Las bolsas de tela son la mejor opción
Es bien sabido que los productos de un solo uso afectan negativamente al medioambiente.
La tela, especialmente si usar técnicas de impresión respetuosas con el planeta, puede ser muy eficiente.
Puedes utilizar las bolsas de tela durante años, hasta que su desgaste natural haga que las reemplaces por otras. Mucho mejor que traer bolsas todos los días del supermercado.
Bolsas de malla de poliéster
Las bolsas de malla de poliéster se han convertido en una alternativa reutilizable y más sostenible que las bolsas de plástico. Son ligeras y, a su vez, resistentes, lavables y reciclables.
Gracias a su material estrella, el poliéster, no pesan casi nada y puedes ver lo que hay en su interior, por lo que no tendrás problemas cuando las lleves al supermercado.
Bolsas biodegradables
Estas bolsas son parecidas a las elaboradas con plástico, pero están hechas con bioplásticos sostenibles, los cuales están diseñados para biodegradarse en períodos de tiempo muy cortos.
Bolsas de papel
Los expertos afirman que las bolsas de papel y cartón son mucho más sostenibles que las de plástico e incluso, son mejores que las bolsas de bioplástico, ya que el papel sí es biodegradable.
El periodo de biodegradación del papel es corto y no afecta negativamente la vida animal o vegetal de ningún ecosistema terrestre o marítimo. Lo que no debes olvidar es que el papel se obtiene a partir de la tala de árboles, por lo que la reutilización y el reciclado siguen siendo clave.