Siempre que se habla de salud mental, se suele hacer pensando principalmente en las personas adultas pues, es cuando tenemos más uso de razón y un mayor conocimiento de nosotros mismos. Además, tenemos una mayor conciencia de conceptos como el bienestar, lo que es bueno o lo que no y, cuando realmente podemos discernir si necesitamos ayuda de profesionales o no. Sin embargo, hay otro concepto muy importante que está relacionado con nuestra salud, y que puede llegar a ser uno de los peligros silenciosos más presentes: la psiquiatría infantil.
Porque sí. Existe y es absolutamente necesario. De hecho, aunque se le suele considerar algo tabú, como sigue pasando tristemente con la psiquiatría o psicología para adultos, normalizar y recurrir a ella es vital para que los más pequeños no solo puedan vivir más sanos y felices, sino que también puedan disfrutar de un crecimiento y desarrollo mucho más estable emocionalmente, sin trastornos que puedan afectarles de cara al resto de su vida. ¿No parecen razones suficientes? Pues vamos a ver por qué es tan importante la psiquiatría infantil a día de hoy.
¿Por qué es tan importante la psiquiatría infantil?
Hablar de psiquiatría infantil es hablar de salud mental, algo que siempre descuidamos y que es vital para nuestro día a día. Como recogen en mirial.es, aproximadamente un 70% de los niños y adolescentes que padecen algún tipo de enfermedad mental no recibe la atención adecuada en el momento necesario.
De hecho, a través de la psiquiatría infantil se consigue un hito bastante claro: prevenir la necesidad de contar con psiquiatras o psicólogos en edad adulta. Cuando se desarrolla la atención psiquiátrica adecuada en edades tempranas, y se mantiene, se va reforzando la salud mental para que no sea necesario contar con ayuda una vez en la etapa adulta. Es una prevención absoluta que se cimenta y se refuerza, tratando los síntomas que aparezcan cuanto antes para evitar que estos vayan creciendo y dañando más y más con el paso del tiempo.
Los padres juegan un papel vital en esto, ya que tienen que analizar sus actitudes y comportamiento, como también su relación con el niño, para ver si ellos pueden ser parte del problema. Asimismo, no pueden ni deben restar importancia a este aspecto porque, a fin de cuentas, es algo que atañe a la salud de los hijos.
Por otra parte, con un buen tratamiento psiquiátrico, o con una buena adquisición de herramientas y la gestión de estas, se pueden perfilar aptitudes y habilidades sociales, comunicativas o patrones de comportamiento. Al final, estos especialistas se encargan de detectar cuáles son los problemas, cuál es su origen y cómo debe tratarse para que los niños puedan disfrutar de una vida plena y sin baches, y eso es algo que afecta también a sus relaciones interpersonales y con el entorno. Sí, la psiquiatría infantil puede ayudar a que los niños entiendan mejor el mundo que les rodea, sepan buscar soluciones a los problemas o simplemente comunicar qué les afecta cuando están mal.
Es un pilar clave para el bienestar y para el buen desarrollo y que, en definitiva, ayuda al final a las personas a sentirse plenas con el paso del tiempo, a conocerse mejor y a estar más sanas.