El color de la piel es debido a una mezcla de hemoglobina, carotenos y a la melanina, principal pigmento responsable del color normal de piel.
La alteración benigna de dicho color se denominada hiperpigmentación o hipercromía y cursa con la aparición de manchas oscuras de manera irregular.
Estas manchas pueden tener diversos tamaños y su grado de oscurecimiento no tiene por qué ser homogéneo.
Las alteraciones de la pigmentación cutánea pueden tener distintas causas:
– Aumento o disminución de la producción de melanina por los melanocitos.
– Aumento o disminución del número de melanocitos.
– Localización anormal de melanina o de los melanocitos dentro de la dermis.
– Existen otras causas como la exposición al sol, embarazo, ingestión de determinados medicamentos.
Además, la luz azul provoca estrés oxidativo y activa los melanocitos. Su efecto acumulativo aumenta la pigmentación de la piel, provocando trastornos pigmentarios fotoinducidos como melasma o hiperpigmentación postinflamatoria. Este proceso se produce principalmente en pieles oscuras (a partir de fototipo III).
Las hipercromías por otra parte pueden ser congénitas o adquiridas.
Entre las hipercromías adquiridas destacan:
– Efélides o pecas. Aparecen o se acentúan con el sol.
– Lentigo solar o senil. Aparece en zonas expuestas al sol y se suele asociar a daño actínico.
– Melasma. Causado por la luz solar, exacerbado por cambios hormonales como ocurre en el embarazo (cloasma), por la toma de determinados medicamentos o uso de cosméticos. Afecta a la cara.
– Hipercromías postinflamatorias, ocasionadas tras lesiones inflamatorias cutáneas como acné, herpes, quemaduras, depilación, etc.
– Hipercromías por sensibilización. Suelen ser dermatitis por uso de perfumes.
– Hipercromías por medicamentos.
Diagnóstico:
Las personas con hiperpigmentación pueden consultar a un médico, quien podrá identificar el tipo y la causa. Además, pueden tomar una pequeña muestra de piel o una biopsia para determinar la causa de la hiperpigmentación, y así crear un plan de tratamiento si fuese necesario.
La mejor forma de prevenir la hiperpigmentación adquirida es evitar exposiciones prolongadas al sol y muy importante utilizar protector solar de amplio espectro SPF 50+, especialmente en embarazadas.
Extremar el cuidado ante depilación facial con cera, tratamiento láser y peelings profundos.
Aumentar la precaución ante medicamentos fotosensibilizantes (anticonceptivos, antiinflamatorios, corticoides….)
Para combatir la hiperpigmentación:
Existen tratamientos tópicos que suelen incluir: ácido azelaico, hidroquinona, ácido kójico, retinoides, vitamina C. Para la mayoría se necesita receta médica., son tratamiento agresivos para la piel y necesita de un control médico.
Algunos procedimientos cosméticos también pueden aclarar áreas de la piel para reducir la apariencia de hiperpigmentación. (terapia láser, exfoliaciones químicas…). Antes de someternos a algún procedimiento de este tipo, debemos analizar el proceso y los posibles efectos secundarios con un dermatólogo.
Recomendaciones para el uso de despigmentantes:
– Realizar una prueba de sensibilidad antes de comenzar el tratamiento, aplicando una pequeña parte de producto en la parte interna del antebrazo durante al menos 24 h.
– Proteger del sol la zona tratada durante y después del tratamiento mediante un filtro solar de alta protección, para evitar que se produzca la repigmentación de las manchas.
– No aplicar el despigmentante sobre heridas abiertas, mucosas, piel eccematosa o quemaduras.
– Lavarse las manos con jabón y agua abundante después de aplicar el producto para evitar la aparición de manchas marrones en el área de las uñas.
– No utilizar en niños menores de 12 años, ya que no existen datos sobre seguridad y eficacia en este tipo de pacientes.
Y ante cualquier duda, consulte a su farmacéutico
Isabel Navas Romero
Farmacéutica comunitaria de Argamasilla de Alba
Colegio Oficial de Farmacéuticos de Ciudad Real






































































