24 de enero, Las Paces, día de devoción, pólvora y emoción. Éste es el día grande para los villarteros, que disfrutan de sus fiestas desde 1575, en la actualidad declaradas de Interés Turístico Regional.
El día arrancó con la solemne función religiosa, a las 11.30, presidida por D. Óscar Miguel Casas Arévalo, sacerdote de la parroquia de Herencia, y la Coral “Maestro Ibañez” de Valdepeñas. Al finalizar la misma, comienza la Procesión de la Santísima Virgen de la Paz, organizada por la Hermandad Nuestra Señora de la Paz, en la que las peñas coheteras acompañan durante todo el recorrido tirando cohetes.
El cohete es más que un símbolo en Villarta de San Juan. Con ellos, los villarteros agradecen a su Patrona, las alegrías que han disfrutado durante el año y le piden fuerza y esperanza para afrontar las dificultades en los tiempos que corren. “Un cohete, un sueño”. Es el lema que preside estos días en el corazón de cada villartero.
La alcaldesa Felicia Bascuñana,ha destacado que “éste es el día que todos los villarteros esperamos durante doce meses y estamos encantados de que gente de tantos rincones de España e, incluso, de otros lugares, vengan a compartirlo con nosotros”. Entre las autoridades que han asistido se encuentra Laura Roig, alcaldesa de Almàssera, localidad valenciana hermanada con Villarta.
A la salida de la Virgen de la Paz de la Iglesia de San Juan Bautista, la Asociación Villarta por la Infancia y Afammer, lanzó globos blancos junto con dos palomas blancas como acto simbólico de paz. La procesión duró cerca de 6 horas y hay momentos de intensa emoción, como cuando la Virgen llega a la Iglesia Vieja, en el que ve como su pueblo le canta la Salve y el himno.
En el ecuador del recorrido, tras la iglesia vieja, y en el mirador sobre el río Gigüela, tiene lugar la “Operación 2.000”, que consiste en tirar 2.000 docenas de cohetes durante poco más de un minuto, es una tradición desde hace 42 años.
Cuando la Procesión está cerca de terminar, comienza la Puja de los Brazos de la Virgen, en la que los villarteros demuestran aun más devoción hacia su patrona, y su interés por meter a la Virgen en la Iglesia de San Juan Bautista.
Un dispositivo de 40 voluntarios de la Cruz Roja y Protección civil han velado por la seguridad de los participantes en el recorrido y en el que no hubo que lastimar ningún herido de gravedad.