Antorchas rodantes los tractores de Tomelloso

Era una procesión penitente y ultrajada por los gobernantes que no cambian las leyes: leyes que no impiden los robos y destrozos que desde hace décadas y décadas arruinan a agricultores y ganaderos. El campo no tiene puertas para los ladrones, pillos y mafiosos que se saben protegidos. Y los diferentes gobiernos a los que votan y han votado las gentes de los campos españoles no se quieren dar por enterados de esta plaga de picaros de todos los colores y nacionalidades.¿ Más quiénes son los que pagan impuestos? ¿Los picaros, ladrones maleantes? No, los impuestos de los que se nutren los gobernantes salen de los desprotegidos. Desprotegidos ante los llamados «Ocupas» de las viviendas que no son suyas, de los establecimientos quemados y destrozados, de los «llamados hurtos» que no son castigados… Y ¿por qué las personas que trabajan no tienen derechos? ¿Dónde están los progres que claman justicia? No, a los ciudadanos horados nadie los defiende. Tractores que cuestan muchos sudores, renuncias y sacrificios, motores, robados, quinterías destrozadas, gasóleos esquilmados continuamente y nadie, ni ayer ni hoy legisla para cambiar las leyes que nos defiendan de los trúhanes y ladrones grandes y pequeños. Así no se crea trabajo. Imposible. Menos demagogia y más soluciones es lo que pedimos los que no salimos a vociferar por las plazas, pero los que pagamos impuestos y callamos somos muchos más que los que vocean, ¡RECUÉRDENLO! Si los tractores enmudecen el país también llorará y muchos políticos perderán por no cumplir lo que prometen y amparar la delincuencia.