Una nueva decisión de despacho, rápida y de espaldas a los ciudadanos, que vuelve a elevar a Alcázar a los Medios de Comunicación nacionales provocando el bochorno e impotencia de sus vecinos y vecinas.
Y, más aún, en el mismo momento en que Diego Ortega se paseaba por los platós de las únicas televisiones que le acogen, para defender su capricho personal y afirmar que el parque no llevaba el nombre del pintor malagueño, se encargaban de secuestrar la placa que, desde 2002, presidía esa zona. Una vez más, quedaban retratados por sus propios actos.
Y por si fuera poco, y con el fin de salvar un puñado de votos, los socios de gobierno (CxA/UCIN) salían a la palestra a manifestar que no estuvieron presentes en la Junta de Gobierno, ni decidieron nada, ni les parecía bien. ¡Pobres de ellos! Obviamente, para otro momento dejaban la exigencia de responsabilidades.
¿Hasta cuándo señor Alcalde? ¿Hasta cuándo piensan seguir actuando en contra de sus vecinos? ¿Hasta cuándo piensan seguir tratándonos como si fuéramos estúpidos?
Sabemos, al igual que ustedes, que no les quedan más de dos meses de gobierno, y que todos los errores e insultos vertidos hacia los alcazareños y alcazareñas no se borran fácilmente, pero, por lo menos, recapaciten y no se vayan por la “puerta grande” de la vergüenza –a pesar de ser uno de sus hobbies favoritos–.
Decía Pablo Ruiz Picasso, ese al que ustedes parecen rechazar, que mientras que a él le llevó cuatro años en aprender a pintar como Miguel Ángel, necesitó toda una vida para aprender a pintar como un niño. En este caso, ustedes han necesitado esos cuatro años para devolver a Alcázar a una época remotamente insospechada. Tarea nuestra es, de todos los alcazareños y alcazareñas, no tardar una vida en olvidarles y en devolver a nuestra ciudad al lugar que se merece.
Les pedimos que dejen de mirar al pasado; que deje usted, personalmente, de pasearse por los platós y pise más las calles de su pueblo para conocer los problemas reales de la gente; que devuelvan, de una vez, la voz a los alcazareños y alcazareñas que quieren poder decidir sobre el presente y futuro de su ciudad; que devuelvan la voz al pueblo de Alcázar…
Pero, sobre todo, les pedimos que devuelvan la Placa secuestrada a su sitio, y el nombre a su legítimo dueño; en su defecto, la conserven con cuidado para que el nuevo Gobierno, que saldrá de las urnas el próximo 24 de mayo, la coloque donde corresponde: en el monolito del Parque Picasso.