Indefenso de los pícaros que hurtan la cosecha al labrador. El aire aventó la Justicia para los que labran y mueren junto al arado y la cosechadora. Campos de oro por junio en Tomelloso, de horizontes abiertos a la esfera del cielo; con el esfuerzo yermo cuando el ladrón se lleva lo que nos pertenece.
Heredad violada por los que predican igualdad en mítines políticos, vanos y vacíos de lo que es libertad. Campos manchegos sufriendo el látigo de todos los ladrones que campan y medran a tu costa, sin rumbo ese poder del pueblo, inexistente bajo la paz del cielo. Sacrificio, en el altar de la familia campesina, que paga y se resigna, a pagar los tributos como si fueran parias, sin derechos ni leyes que defiendan sus tierras los señores que ostentan el poder. Harina para la faltriquera de bandoleros y trúhanes, porque en los pueblos la columna de piedra del rollo, ya no marca la jurisdicción de tribunal alguno.
Campos dorados cantados por poetas; esos campos violados son mucho más que unos versos escritos en los libros. Campos de junio ¿quién vendrá por la noche a robar el motor de los pozos? Todo el que quiera, porque la ley no ampara a quienes roturan tus entrañas.