Así también lo afirmó en su mensaje tras la proclamación, en el que no dudó en manifestar su propósito para trabajar en defensa de los mejores intereses de España.
A lo largo de estos 365 días de este primer aniversario hemos comprobado cómo la monarquía parlamentaria es el mejor sistema de Jefatura del Estado español, en el que ha prestado un enorme servicio fundamental a España.
La Corona ha mostrado su independencia y su neutralidad política, así como su vocación de servicio, arbitraje e integración de cualquier opción, lo que ha permitido contribuir a la estabilidad institucional, como valor político y social de nuestra convivencia.
Durante este año, la Monarquía se ha mostrado más comprometida con las aspiraciones de los ciudadanos, dando muestras de cercanía y trasparencia, con normalidad, respeto y lealtad constitucional, adquiriendo así el firme compromiso que ya anunció Don Felipe hace ahora un año al prometer “una Monarquía renovada para un tiempo nuevo”.
Y es que, sólo de esa forma, es decir, hacer de la Monarquía una institución renovada y ajustada a los nuevos tiempos es hacer posible una institución cercana y útil a los ciudadanos y mostrar una legitimidad obtenida con realidad y sentido, tal y como lo que la Monarquía Parlamentaria es en España.
Que Don Felipe VI hubiera asumido las funciones de Jefe del Estado con acatamiento a la Constitución española –que surgió del consenso y del diálogo de todas las opciones políticas y sociales- le han convertido en un Rey para todos, y para todo.