Sólo después de que el último árbol haya sido cortado.
Sólo después de que el último río haya sido envenenado.
Sólo después de que el último pez haya sido pescado.
Sólo entonces descubrirás que el dinero no se puede comer.
(Carta del Gran jefe indio de Seattle al jefe de Washington)
La Plataforma en defensa de la Naturaleza espera y desea que, en tiempos nuevos, gobernantes nuevos y nuevas formas de relaciones con los ciudadanos, en las que todos nuestros políticos coinciden, también las relaciones con la Naturaleza constituyan un área transversal que se valore, no solo teórica sino prácticamente, porque por su carácter global, afecta a todo y a tod@s (gobernantes y gobernad@s).
Toda esta argumentación parecería innecesaria, en pleno siglo XXI, pero no debe serlo cuando una simple mirada a nuestro alrededor nos pone de manifiesto como se usa y se despilfarra todo tipo de energía, como no se apuesta por las limpias y renovables sino por aquellas contaminantes; como dejamos huellas inconfundibles de nuestro paso por cualquier lugar del planeta; de los animales, mejor ni hablar, no sólo no se reconocen su derechos, sino que se les maltrata impunemente y por divertimento; como desertizamos, a conciencia ,todos los pulmones del planeta; como incendiamos por falta de la previsión adecuada o algo peor. Ni los alimentos tan importantes para nuestra salud se valoran en cuanto contribuyen a la misma. Y por supuesto, y en primer lugar aunque lo hayamos dejado para el final, todas esas hambrunas, sequias y guerras que asolan a una parte muy importante del planeta, y que son la consecuencia de una mala gestión integral, a favor solo de unos pocos privilegiados.
Creemos que la educación es vital para cambiar estas mentalidades y estos hechos lamentables, pero también las leyes deben incidir en el tema, y no sólo en su promulgación sino en su control.
La Plataforma en defensa de la Naturaleza saluda esta nueva era con ilusión, reservas y esperanzas.