Partiendo de la base que aunque se quiera no todos los días se puede comer jamón de pata negra, la corrida de este año en Tomelloso poco ha tenido que ver con la del año pasado. Y en gran parte los “culpables” han sido los toros lidiados de Los Espartales y José Luis Iniesta que no han sido muy lucidos.
Leonardo Hernández que actuó en primer y cuarto lugar rejoneó dos ejemplares de “Los Espartales” de muy diferente juego. El primero, de feas hechuras pero de una muy buena condición, repitió en todos los tercios e hizo que el rejoneador se pudiera lucir sobre todo en el tercio de banderillas, poniendo un tercer y cuarto par de poder a poder de gran ortodoxia. Antes enceló con la grupa de su caballo al toro y dio varias vueltas al ruedo templando la acometida y demostrando la gran temporada que está echando. Finalizó la faena con tres cortas más la rosa. Para rejón entero trasero y dos orejas.
En el cuarto, grande y gordo, volvió a evidenciar la doma de sus cabalgaduras, teniendo que llegar mucho más a su oponente para calentar al público. Al toro le costaba mucho seguir los cites. Alcanzando el punto más alto cuando se adornó girando alrededor del toro teniendo las cabezas de astado y rejoneador prácticamente pegadas en un alarde de arrojo y pundonor. El fallo con los rejones de muerte le privaron de obtener premio.
Miguel Abellán volvía a una de “sus plazas”, ya que al madrileño ha actuado aquí en otras ocasiones y los tomelloseros le profesan gran cariño. El lote que le correspondió no le dio muchas opciones de triunfo, ya que adolecieron de falta de fuerza. Su primero fue un toro de José Luis Iniesta, como el resto de lidia de a píe, noble y muy flojo y al que Abellán recibió con dos largas cambiadas de rodillas en el tercio para continuar por verónicas, chicuelinas y revolera. El animal recibió un único puyazo, como el resto de sus hermanos de camada y perdió las manos. Lo mismo volvió a ocurrir tras el quite por tafalleras. La faena de muleta no llegó a coger grandes vuelos por la endeblez del astado, a pesar de que el madrileño lo intentó por ambos pitones, con un comienzo toreando de rodillas en redondo casi en los medios que caló pero que se olvidó pronto. Saludó desde el tercio a una ovación tras matarlo de pinchazo, entera ligeramente atravesada y cuatro descabellos.
En el quinto, se repitió la misma historia con el toro, ya que tampoco fue un dechado de fuerza y además con el añadido de que era muy mirón, lo que tampoco ayudaba al lucimiento. Abellán lo intentó exprimir acortando las distancias, pero el toro también cada vez se quedaba más corto. Tras estocada y dos descabellos pudo arrancar una oreja.
El Fandi se llevó el mejor toro de los de a pie, el tercero de la tarde, que aunque también flojo, repetía y era más potable. Tras un tercio de banderillas que no pasará a la historia, construyó una faena de muleta con poco contenido artístico, aunque con muchos pases. Terminó por movidas manoletinas rematadas con un pase de pecho rodilla entera. Mató de trasera caidilla, consiguiendo dos orejas.
En el sexto de la tarde, su punto más espectacular llegó en el tercio de banderillas, donde el granadino es capitán general y con mando en plaza colocó cuatro pares de banderillas, los tres últimos un portento de ejecución y colocación. Ya con la plaza caliente y con gritos de “Fandi, Fandi, Fandi”, quiso aprovechar la inercia del momento con otro astado que duró poco y que a pesar de acortarle los terreno no logró sacarle mucho lucimiento. Aun así y tras matar de pinchazo y espadazo caído sin puntilla, le pidieron las dos orejas con mucha insistencia del público y de los mulilleros que tardaron una eternidad en salir, a la espera de la concesión del segundo trofeo y que el Presidente finalmente no concedió.
FICHA DEL FESTEJO
Jueves 27 de agosto de 2015. Plaza de toros de Tomelloso (Ciudad Real), casi tres cuartos de entrada con calor.
Dos toros de “Los Espartales” para rejones, de muy desigual presentación y juego, sirviendo más el anovillado primero que el grandón cuarto.
Y cuatro toros de José Luis Iniesta, parejos de hechuras, nobles, flojos y con poco recorrido, en definitiva faltos de casta. El mejor, teniendo en cuenta lo anterior, el tercero de la tarde.
Leonardo Hernández, rejoneador: dos orejas y saludos desde el tercio.
Miguel Abellán (marfil y oro): saludos desde el tercio y oreja.
El Fandi (carmesí y oro): dos orejas y oreja.
Actúo como sobresaliente Oscar Alba (celeste y azabache).
Tras la lidia del cuarto, se regó la plaza, aplacando en parte el polvo reinante durante toda la tarde.
Al final del festejo salieron en hombros Leonardo Hernández y El Fandi.





































































