La menopausia es una etapa fisiológica y natural que representa un tercio de la vida de la mujer. No obstante, este proceso implica alteraciones físicas y psicológicas que requieren medidas preventivas para evitar o aliviar las secuelas que conlleva.
Con este objetivo el Centro de la Mujer de Tomelloso convoca las Jornadas de Salud y Mujer, a las que ha asistido la Directora del Instituto de la Mujer, Mª Teresa Novillo.
Durante estas jornadas en las que participa la jefa del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital General de Tomelloso, Blanca Espinosa, las mujeres plantean sus dudas y reciben los mejores consejos para paliar los efectos que provoca el cese de la actividad ovárica y el déficit hormonal en las mujeres a partir de los 45 ó 50 años.
El final de la etapa reproductiva de la mujer no se produce de forma brusca. El climaterio puede durar entre 1 y 5 años y en este tiempo dejan de producirse gradualmente las hormonas femeninas.
Los efectos de este cambio fisiólogico son a corto plazo los sofocos, el insomnio o atrofias genitourinarias. Puede haber cefaleas y alteraciones digestivas y afecciones psicológicas como la ansiedad, la irritabilidad, la pérdida de capacidad de concentración, la disminución de la libido o pequeñas depresiones.
Estilo de vida saludable
Para prevenir las secuelas vasomotoras y el decaimiento, la doctora Espinosa, apuesta por las recomendaciones básicas como son una dieta sana, ejercicio aeróbico y evitar hábitos nocivos como el tabaco y el alcohol.
El pilar básico es mejorar el estilo de vida que permitirá suavizar los síntomas de la menopausia y evitar a medio plazo enfermedades o lesiones de cierta gravedad.
Según Espinosa, es fundamental no caer en el sedentarismo y buscar actividades que permitan activar la circulación con deporte moderado. Caminar a buen ritmo 30 minutos al día nos puede evitar problemas musculoarticulares, muy comunes en esta etapa, concluyó la Jefa del Servicio de Ginecología.
Secuelas a largo plazo
Los cambios que manifiesta la mujer durante la menopausia conllevan también alteraciones a medio y largo plazo. Por ello, explica Espinosa, “debemos entender esta etapa como un periodo en el que nuestro cuerpo nos avisa de la necesidad de cuidarnos”.
El déficit hormonal provoca en las mujeres secuelas óseas como la osteoporosis, fracturas vertebrales o artrosis y a veces puede derivar también complicaciones cardiovasculares.
Por ello, es esencial modificar determinados aspectos del estilo de vida, la inactividad física es el más importante, asegura la doctora. La actividad muscular estimula el incremento de la masa ósea y el reposo, por el contrario, elimina el calcio de los huesos. Esto provoca, por ejemplo, que “las mujeres sedentarias tengan menos masa ósea que las de su misma edad que realizan ejercicios físicos”.