Lo ha confirmado este miércoles el alcalde, Leopoldo Sierra, en una comparecencia donde ha informado de los pasos que está siguiendo la administración local para detectar el foco de olores y si existe algún tipo de desviación sobre la normativa actual. Desde Alcaldía se han remitido sendos escritos a la Dirección Provincial de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural y a la Viceconsejería de Medio Ambiente, participándoles de la situación y solicitando “la realización de las inspecciones correspondientes para registrar la calidad del aire en la localidad”. El primer edil ha descartado, en principio, la toxicidad de los olores.
Se trata de una prueba que se ha solicitado a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha pero que, de recibir respuesta negativa, “se hará desde el Ayuntamiento a través de una empresa externa”, confirmó. Una vez obtenidos los resultados, continuaba Sierra, “se informará tanto a la población como al Gobierno Regional”. En el caso de la administración autonómica con el ánimo de, si procede, se tomen medidas al respecto y haga cumplir la autorización ambiental integrada, de competencia regional.
Entre tanto, y como explicó el alcalde en rueda de prensa, actualmente se están dando lo primeros pasos para la elección de la empresa más adecuada que realice estos estudios con garantías suficientes.
Del mismo modo, también confirmaba el alcalde la solicitud a la Dirección Provincial de Agricultura y a la Viceconsejería de Medio Ambiente, “de la realización de las inspecciones correspondientes para registrar la calidad del aire en la localidad y comprobar si se está incumpliendo la normativa medioambiental”. Un escrito del que aun no se ha recibido respuesta oficial. Sin embargo, indicó Sierra, se viene manteniendo contacto periódico con Jefe del Servicio de Calidad e Impacto Medioambiental para tratar este asunto.
En cualquier caso, el primer edil, ha querido enviar un mensaje de tranquilidad a la población, descartando a priori la toxicidad de estos olores, como indican informes remitidos por el SEPRONA, “que apuntan a que los olores son de producción”.
Con independencia de estas actuaciones municipales, según palabras de Sierra, desde que se detectaron los olores se han solicitado informes tanto a la Policía Municipal como a los Servicios Técnicos Municipales, y mantenido contactos con colectivos como Ecologistas en Acción.
Por otro lado, añadía, “el Servicio de Protección a la Naturaleza de la Guardia Civil ha iniciado diligencias al respecto, que se han remitido al juzgado de primera instancia”. “No estamos parados”, insistía Sierra. Es por esto que el alcalde apelaba a la responsabilidad por parte de la población para no culpar sin justificación o prueba a ninguna empresa, y solicitaba la colaboración del sector empresarial a la hora de la instalación de los distintos aparatos de medición de olores.
El alcalde daimieleño, que ha incidido en las gestiones desarrolladas hasta la fecha para solventar el asunto como ha sucedido en ocasiones precedentes, solicitaba igualmente la confianza de los ciudadanos, recordando que en la legislatura pasada “se trabajó mucho para solucionar la situación del almacén de residuos de la empresa Alquimia en la localidad, de los que –confirmó- solo queda un porcentaje mínimo por extraer” y donde, “quincenalmente, -añadía- se realizan inspecciones por parte del Servicio de Calidad Ambiental para comprobar el cumplimiento del desmantelamiento de las instalaciones”.






































































