


Están todos en la línea Madrid-Cádiz y presentan una serie de deficiencias que hacen que no reúnan las pertinentes medidas de seguridad
Según ha explicado el alcalde, con esta comunicación se pretende que los titulares de estas infraestructuras (puentes y sus zonas de acceso) realicen las oportunas operaciones de conservación y mantenimiento para que cumplan las preceptivas medidas de seguridad. Se trata, insiste, de unos puentes por los que circulan todo tipo de vehículos, pero especialmente agrícolas, que pueden sufrir desestabilizaciones y conllevan, por tanto, un riesgo mayor. Por último, Santiago García Aranda remarca que hay que tener en cuenta el uso intensivo que se hace de estas infraestructuras en momentos concretos del año, como las épocas de laboreo, recolección y cosecha, vendimia, etc.
Los puentes a los que se hace referencia en la solicitud están todos a lo largo de la línea ferroviaria Madrid-Cádiz, entre los kilómetros 113 y 128 de la misma, y son el puente sobre la Vereda Senda Galiana, el del Charco-Camino Público Ayuntamiento de Lillo, el del Palomar de Don Paco, el de Batanejos y el del Cordel de los Torteros.
Casi todos ellos presentan baches, hundimientos y grietas importantes en la calzada, firmes en muy mal estado, desprendimientos en los laterales de los taludes, o incluso falta de guardarraíles o barandillas de protección, que además, en el caso de las que quedan, presentan evidentes signos de oxidación y pudrimiento.





































































