De tal forma que el Ayuntamiento de Alcázar es laico y aprobó un observatorio de la laicidad, y sin embargo la Sra. Melchor ya se vistió como un personaje bíblico, de los que adoraron al Señor Jesús en su nacimiento, reconociéndole su majestad y poder.
Es decir, que aunque se disfrazó de Rey Melchor, meses más tarde vino a pedirle al Pleno que esas tradiciones se abolieran y desaparecieran, porque no hay que olvidar que tanto la Navidad como los Reyes Magos son fiestas ancladas en la tradición religiosa de nuestra cultura occidental.
Sólo hay que mirar unos meses atrás, y podremos recordar cómo ni la Sra. Melchor ni ningún concejal acompañaron a las Cofradías y Hermandades de Semana Santa, pero que sí asistió a la Romería de San Isidro y no a la Pascua de Jesús, pero sí a las procesiones de la Virgen de Rosario de Santa Quiteria y un mes más tarde a la procesión de la Patrona, luciendo la duplicidad de atributos, confundiendo a los vecinos con su doble vara de medir dando más protagonismo a unas sobre otras.
Por lo tanto, en base a esa confusión de la Sra. Melchor no me extrañaría nada que ella misma decidiera no ir a las procesiones, pero sí ponerse un vestido, a modo de disfraz (si para ella no representa nada) y subirse a una carroza para ir de personaje bíblico, en la noche de Reyes.
Pero en mérito a lo que ella misma representa, y a lo que significa la figura de los Reyes Magos en la tradición y cultura occidental, de adoración y reconocimiento de la potestad de Nuestro Señor, espero que este año rehúse el disfraz del Rey Melchor, y sea coherente.