


Atrás quedan los concursos de enhebrar agujas, de tortillas, sus juegos infantiles o la multitudinaria paella “solidaria” del sábado de la que disfrutaron más de 800 personas. La tarde-noche del sábado sirvió para rendir culto a San Isidro y Santa María de la Cabeza, que tras la función religiosa, procesionaron escoltados por una docena de tractores variopintos hasta su Ermita.
El barrio de San Isidro ha celebrado sus fiestas por todo lo alto este fin de semana. Un amplio programa de actividades, organizadas de forma coordinada por la Asociación de Vecinos y por la propia Hermandad, que daban comienzo en la noche del viernes con el pregón de Isidro Moreno, exvecino del barrio y Doctor en Ciencias de la Educación en la Universidad Complutense de Madrid.
Moreno, presentado por María del Carmen Martín-Consuegra, vocal de la asociación vecinal, destacó varias anécdotas de su niñez y juventud alrededor de la barriada. El tiempo que pasaban jugando en la calle, los baños en las albercas de la zona y las bicicletas, donde destacó un episodio en el que él y sus amigos, en una tarde de paseo y exploración, tomaron la carretera de Valdepeñas hasta llegar a la localidad vecina de Manzanares. Una aventura que les hizo llegar muy tarde a casa y que les valió una buena reprimenda.
Asimismo, el pregonero de las fiestas afirmó que este tipo de convocatorias son “muy simbólicas e importantes” porque sirven de encuentro y regocijo para los vecinos y daimieleños. Por último, también tuvo palabras para los agricultores, “principales protagonistas de esta fiesta del campo”, e incluso recitó algunas coplillas en las que subrayó la importancia que ha tenido y que debe tener este sector, “pese a las dificultades por las que pasa la tierra y los peligros que supone su sobreexplotación”.
Al día siguiente, un buen número de niños disfrutaron de los diferentes juegos tradicionales desarrollados en el paseo principal del Parque de San Isidro. Carreras de sacos, recogida de anillas en bicicleta o el 12º Concurso Infantil de Pintura que obtuvo la participación de más de una treintena de niños.
Para reponer fuerzas la multitudinaria paella del sábado, repartida en unos cerca de 800 platos que este año ha tenido como reclamo solidario colaborar con AFIBROC, la Asociación de Afectados de Fibromialgia de Daimiel. Su presidenta, María de la Luz López de la Franca, agradeció el gesto de la asociación de vecinos y recordó que todo lo recaudado, casi 1.000 euros, se invertirá en el desarrollo de las diferentes terapias que emprende la asociación para paliar el dolor de sus afectados.
Destacan los tratamientos en el agua que desarrollan los usuarios y usuarias en aquagym, pilates o en un nuevo taller dirigido por un fisioterapeuta que les ayuda a “gestionar mejor el dolor que sufren a diario”, puntualizó López de la Franca.
Una paella, que mantuvo a casi una decena de miembros de la asociación de vecinos ocupados en la ardua tarea de preparar más de 70 kilos de arroz, condimentados con otros ingredientes a lo grande como 20 kilos de pota, 12 de langostinos, 7 kilos de gambas o 10 de verduras, entre otros, como especificó Miguel Ángel Escuderos, uno de los cocineros de la paella. El secreto para darle un buen punto al arroz, señaló Escuderos, “es apartar la paella del fuego cuando ya han pasado 12-13 minutos de cocción para que el arroz termine de hacerse y no se pase”.
Buen ambiente alrededor del área de atracciones y chozos, el gestionado por la cofradía de ‘Los Blancos’ se convirtió en escenario para que por la tarde se desarrollara el campeonato de cuatrola.
Al anochecer, tuvo lugar en San Pedro la solemne función en honor a San Isidro y Santa María de la Cabeza, tras la que ambas imágenes procesionaron por el centro de Daimiel, para después regresar a su ermita. Más de una docena de tractores antiguos encabezaban esta procesión, así como algunos de los ganadores de los concursos de arada y habilidad celebrados semanas atrás. El alcalde de Daimiel, Leopoldo Sierra, y otros miembros de la Corporación Municipal, escoltaron la imagen del santo, acompañando al presidente de la hermandad, Manuel José Díaz del Campo.
Una procesión en la que no faltaron tampoco los niños y niñas vestidos de labradores y campesinas, así como la representación de la asociación folclórica Virgen de las Cruces, que junto con la Escuela Local de Folclore, ofrecieron una actuación al término de la procesión, en el escenario aledaño a la ermita y frente a las imágenes de los santos.
El domingo, última jornada festiva, arrancó con el campeonato de petanca, así como una serie de actividades familiares como el paseo en bicicleta por el barrio o el paseo en carruaje de caballos.
Para finalizar, en la mañana del domingo se celebró también el concurso de enhebrar agujas, que tuvo a Marce Sánchez de la Nieta como vencedora de esta edición con un tiempo de 53 segundos. No fue la única prueba, también se sometieron a examen 15 tortillas de patatas, resultando ganadora la elaborada por José León. Después una treintena de personas degustaron las tortillas reconocidas en el concurso. Así concluían unas fiestas que, según aseguran desde las entidades organizadoras, “han sido muy participativas”.









































































