Hoy apenas puedo pensar, ni reflexionar, pero sin dudarlo, mientras te escribo he de confesar que la experiencia más maravillosa de este deporte fue conocerte, tu amistad, las horas que pasamos juntos, los sinsabores, las alegrías, las luchas, poner en marcha los primeros torneos benéficos, nuestros desencuentros, …
Aún recuerdo que cuando te conocí jamás pensé que podría forjar una amistad con alguien que sobrepasaba mi edad en bastantes años, pero con el tiempo entendí que también me ganabas en tú trabajo por el Hidalgo Club de Golf como Presidente y por tú corazón, el de verdad, no el físico, que maltrecho y enfermo ha acabado contigo.
He aprendido de tí muchas cosas, he visto como se quiere a una familia con MAYUSCULAS, en los buenos momentos y en los malos, a tú Isabel, tus hijos y tus nietos. También he aprendido lo que supone distanciarse un tiempo de un amigo como tú, y me reconforta que supiéramos arreglarlo a tiempo.
Estoy como te puedes imaginar destrozado por tu temprana marcha, pero quiero recordar mientras viva los regalos que me has dado, nos has dado, durante estos diez años de amistad.
He rescatado esta foto de un torneo de Feria, tú sin barba y no he podido contener la emoción.
Descansa en Paz mi buen amigo.
P.D.: Dile a San Pedro que te ponga bien los calcetines.