El tercero tuvo ritmo en el capote para que le endilgase Álvaro Lorenzo verónicas de gusto y de ralentí, tropezado antes del remate por un inoportuno enganchón. Bueno fue el puyazo. Pero mejor la actuación del toledano con el animal, al que trató como si fuera bueno, olvidándose de su salida con la cara alta y su amenaza con no pasar de los embroques. De hecho casi nunca vino metido en la muleta, y por eso llegó la voltereta, afortunadamente sin consecuencias. A partir de ahí llegó la construcción para terminar pegando naturales y convenciendo al remisión animal. Una estocada contundente le puso en la mano una oreja.
También el sexto era un Murube castaño que le humilló mucho a Lorenzo en las verónicas que templó con mucho gusto el toledano, jugando con gracia los brazos y la cintura. Con la muleta se impuso la suprema elegancia y la suavidad del toledano a la humillación vulgarón a del de Castillejo. Series cortas pero intensas, temple y pausas bien planteadas cimentaron una labor sólida y bien estructurada que iba para dos orejas y el pinchazo sobre el aviso dejó en un solo trofeo.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Cuatro Caminos, Santander. Penúltima de la feria de Santiago. Corrida de toros.
Toros de Castillejo de Huebra y José Manuel Sánchez, de gran calidad y humillación el buen primero, con calidad informal el segundo, remiso y sin entrega el tercero, deslucido y mirón el cuarto, deslucido y sin humillación ni empleo el quinto, obediente y manejable el vulgarón sexto, aplaudido.
Joselito Adame, ovación y ovación.
Fortes, silencio y oreja.
Álvaro Lorenzo, oreja y oreja.




































































