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Las Lagunas de Villafranca de los Caballeros (Toledo) se secan. Una dramática situación la que vive el complejo natural de la localidad manchega ante la que el Ayuntamiento se siente “impotente”, tal y como declara su alcalde, Julián Bolaños, a manchainformacion.com. En el pasado verano de 2017 han bajado considerablemente su nivel de agua debido a la sequía que se está padeciendo en La Mancha.
Y en una situación en la que empieza a preocupar el agua de consumo humano, porque los pantanos están muy bajos y los acuíferos están también bajo mínimos, desde el Ayuntamiento no ven solución rápida y factible en sus manos para arreglar el problema. El río Cigüela, que surte al complejo natural lagunar, no corre desde hace meses y eso repercute en que las Lagunas de Villafranca de los Caballeros vayan secándose.
Además, las altas temperaturas contribuyen al resto. “Estos veranos tan largos, sin caer ni gota, terminan acabando con el agua”, señala el alcalde del municipio. “Confiamos en que esto sea como aquellos años 90 en los que se secaron, pero luego volvieron a llenarse”, recuerda Bolaños, “e incluso se desbordaron en el año 96 y 97. Otra cosa no podemos hacer que esperar a que responda la naturaleza”.
En 2015, el Ayuntamiento de Villafranca de los Caballeros, entonces con otro signo político, envió un informe a Confederación Hidrográfica del Guadiana sobre la situación de las Lagunas y la concesión de caudal que había pidiendo un aumento de éste, algo que desestimaron. “Ahora, volver a hacerlo me parece que no procede, porque la situación lejos de mejorar, ha empeorado en lo que respecta a las precipitaciones. No nos van a hacer ni caso. La situación está como está y no se puede hacer otra cosa más que esperar. Nos duele esta situación, pero sólo podemos esperar”, dice el alcalde.
UNA IMAGEN QUE NO SE VE DESDE 1994
Además, Bolaños defiende el complejo natural como una seña de identidad que “nos caracteriza como pueblo y además son una fuente de ingresos, porque directa o indirectamente hay muchas personas que se benefician. Hay gente que viene y consume”, pero insiste en que la solución del problema no viene por “abrir el grifo”.
Julián Bolaños recuerda que en el año 96 se concedió un trasvase de agua a las Tablas de Daimiel, y «pasaba el río al lado de las lagunas lleno y a nosotros no nos daban. Aquello indignaba mucho a la gente y no lo entendía, pero ahora no es el caso. Ahora viene seco. Ni mucho ni poco caudal. No es el problema que tenga más o menos agua la compuerta, sino que no lleva agua el río”, aclara sobre la problemática.
Las condiciones geológicas y naturales de las lagunas hacen que por su salinidad, aparte de la evaporación en sí, también influya en que su nivel de agua descienda. “Las lagunas llevan así siempre y unas veces han estado llenas de agua y otras no. Lo que más mella hace en el bajo nivel de agua es el calor y la falta de lluvias”.
La temporada de baño ha bajado este año, “pues para mojarte el ombligo tenías que meterte al centro de la laguna. Solamente la imagen que dan es desoladora. Las ves secas. El charco cada vez se hace más pequeño y es triste, pero no podemos hacer otra cosa”, concluye el alcalde.
