La 7ª Exhibición de Monólogos celebrada este viernes en el Pabellón Ferial consiguió llenar prácticamente todas las localidades del recinto para el espectáculo “Corta el cable rojo”, que arrancó las risas de todos los presentes. Los monologuistas José Andrés, de Campo de Criptana, Salomón, desde Cádiz, y el madrileño Carlos Fuentes, se aunaron para crear un espectáculo único, cuyo discurso va naciendo de las propuestas e ideas con las que el propio público va contribuyendo y lanzando a los artistas.
La noche comenzó con una escena en la que los humoristas usaron las tarjetas que previamente se habían repartido entre los asistentes a la entrada del pabellón donde escribieron un escenario curioso, un personaje famoso y una frase de cine o televisión. Con más de una docena de tarjetas al azar, improvisaron una situación mezclando, además, frases y expresiones daimieleñas que fueron gritando las personas del público, tales como “Arrea”, “To nene”, “¿qué me cantas arradio?” o “vaya éste”. Con estos condimentos, recrearon un jocoso momento sobre la conquista de Granada del siglo XV.
Tras esto, se sucedió una batería de escenas en las que colaboraron personas como Andrés Molina, Máscara Guarrona 2018, aunque no fue el único que subió hasta el escenario para hacer sonidos y onomatopeyas, mover a los monologuistas como marionetas, o prestarse como protagonista de una canción dedicada.
Otro de los puntos fuertes llegó cuando José Andrés y Salomón llevaron a las tablas una improvisación entre un villarrubiero y un daimieleño por la titularidad de las Tablas de Daimiel, en la que también le tocó al primer edil de la localidad llevarse una pequeña imitación. La interacción entre público y artistas llegó hasta las redes sociales, cuando en el descanso pidieron que twittearan ideas para la próxima escena con la que empezarían tras la parada, saliendo vencedora la idea de “un tartamudo pidiendo jamón en un tanatorio”.
Una vez finalizó el número, los tres protagonistas se mostraron satisfechos y contentos, arropados por un público que a pesar de ser muy numeroso, se mostró cálido y participativo. Sorprendidos por la maravillosa acogida que el espectáculo está teniendo desde hace seis años por toda la geografía española, y más en particular en el Teatro Pequeño Gran Vía de Madrid, los componentes de este trío reconocieron que jamás pensaron que el espectáculo llegaría tan lejos.
Una idea que nació gracias a la relación que surgió entre Carlos Fuentes como profesor de los otros dos y que, a día de hoy, se ha convertido en fuente de ingresos y satisfacción para esta triada humorística, llevándolos por todo el país, y creando números cada lunes y domingo en la capital.






































































