Allá donde estás el tiempo no pasa, y aquí seguimos teniendo la pésima costumbre de contar los minutos, horas, días, meses y años. Cumpleaños, aniversarios de boda y fallecimientos, sí, también nos seguimos acordando del día en que un ser querido se fue.
Hoy, en nuestra pobre medida del tiempo, se cumple un año de tu marcha, y seguimos echándote de menos, recordándote día a día, añorando tu risa, tus palabras, tu carácter luchador, añorando lo que fuiste y lo que eres.
El tiempo pasa y pasa, muy deprisa, pero hay un momento en el amanecer, en la noche, durante la comida, en el que todo parece detenerse y aparece tu imagen, tu recuerdo, TÚ.
Sigue descansando en Paz, mi buen amigo.
P.D.: Supongo que San Pedro habrá aprendido en este tiempo a ponerte bien los calcetines.
Juan Bautista Mata