Cargando...Valencia tiene el aeropuerto número 10 de España en cuanto a tráfico aéreo. Como Ia calidad de la red de carreteras del estado es una de las mejores del mundo y el tren de alta velocidad conecta el centro de la ciudad con las principales urbes de España en muy poco tiempo, el tráfico aéreo nacional es más bien escaso. Cerca del 80% por ciento de las personas que despegan o aterrizan en Valencia lo hacen en vuelos internacionales. Valencia es, después del aeropuerto de Elche (en Alicante), el que más turistas usan para visitar la costa levantina, uno de los principales destinos turísticos de España y de Europa.
El aeropuerto de Valencia se encuentra alejado del centro, como pasa con la mayoría de los aeropuertos de las grandes ciudades del mundo. En este caso está localizado en el municipio de Manises del cual toma el nombre el aeropuerto. Dispone de una completa infraestructura de comunicación que une las terminales de pasajeros con el centro de Valencia -se puede llegar en metro (2 líneas tienen parada allí) y en autobús municipal-. Multitud de taxis esperan a los viajeros para llevarlos a sus hoteles o a las estaciones de autobús y tren que les transportarán a atractivos lugares como La Albufera o la playa de la Malvarrosa, u otros destinos turísticos relativamente cercanos como Gandía, Sagunto o Cuenca.
No obstante, cada vez hay más personas que utilizan su coche para ir o volver del aeropuerto. Muchas de ellas utilizan las magníficas instalaciones de su parking oficial, el también conocido como P1. Antes era muy caro, y muy difícil, encontrar parking en el aeropuerto de Valencia, pues uno se arriesgaba a no encontrar aparcamiento y perder su avión. Además, las tarifas del parking oficial son muy caras, sobre todo si se quiere utilizar por más de una semana.
Como sigue habiendo usuarios que necesitan, o simplemente prefieren, ir y venir del aeropuerto en coche, nacieron pequeñas empresas especializadas en buscar aparcamientos cercanos al aeropuerto, por horas o por periodos más extensos -los llamados «de larga estancia»-. Personas o negocios que disponían de grandes espacios vacíos, naves o pequeños garajes vieron la oportunidad de rentabilizar sus establecimientos y su localización cercana al aeropuerto ofreciendo parking lowcost. Estos negocios han proliferado durante los últimos diez años llegando a ofrecer aparcamiento por más de una semana por el mismo precio (o incluso más bajo) que una carrera en taxi desde el centro de Valencia al aeropuerto.
Al calor de esta actividad un nuevo tipo de actividad económica ha surgido en Internet: los comparadores de parking. Estas empresas aprovechan, de la misma manera que los comparadores de vuelo, su mínima estructura, pues no necesitan oficinas físicas, para ofrecer un servicio completo de búsqueda, contratación y gestión de aparcamientos cercanos al aeropuerto que funciona las 24 horas del día. Su éxito es haber sabido capitalizar la nueva forma de trabajar de las empresas de Internet, que se basa en la comunicación con los clientes. Estos, sin salir de la aplicación móvil, pueden buscar los mejores parking, con los mejores precios y, sobre todo, con las valoraciones más altas de los usuarios previos.
Esto ha hecho que estos pequeños negocios de aparcamiento se preocupen por su reputación online -que afecta directamente a su nivel de ingresos- mejorando y garantizando la calidad de sus instalaciones, de su servicio de atención al cliente y de la seguridad de los vehículos que gestionan. Todo ello a un precio asequible, virtualmente al alcance de cualquier bolsillo que se pueda permitir un billete de avión. Además, ha incentivado la ampliación de su oferta de servicios: desde conductores para transportar los coches, servicios de autocar que llevan a los pasajeros desde el aparcamiento al aeropuerto, hasta lavado gratuito y reparación. Incluso algunos parking llevan el coche a la gasolinera a llenar el depósito como parte de su servicio (o realizan el repostaje en sus propias instalaciones).
Internet ha acercado de esta manera los aparcamientos de los aeropuertos a cualquier poder adquisitivo, y ha hecho posible reducir el tiempo de las gestiones necesarias para contratarlo. Se acabó el estar horas pegado el teléfono para buscar y contratar un parking con días de antelación; y terminó la ansiedad de no saber si se encontrará sitio para aparcar en el aeropuerto cuando más se necesita.
