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La Asociación Daimieleña de Astronomía llevaba a cabo una jornada en la noche del sábado con la que se conmemoraba el 50 aniversario de la llegada del hombre a la luna. Un buen número de curiosos se acercaron hasta los telescopios instalados en la Plaza de España.
ADA acercaba la astronomía a los daimieleños con la instalación de varios telescopios en la Plaza de España, con los que pudieron observar la luna, Júpiter o Saturno. La asociación situó además un stand informativo y se proyectó un vídeo-documental sobre la misión del Apolo 11. De esta forma, la asociación conmemoraba el 50 aniversario de la llegada del hombre a la luna.
En una noche calurosa y con algunas nubes que dificultaron la observación a primera hora, el presidente de la asociación, Miguel Ángel Martín-Serrano, indicaba que estaban utilizando los telescopios propios y uno de la asociación, que constituyen sus herramientas habituales de observación. Por su parte, el vicepresidente de ADA, Francisco García-Luengo, señalaba los beneficios que la llegada de Neil Armstrong a la luna había traído aparejados, citando “los avances en tecnologías auxiliares, como las de los hospitales o los desarrollos informáticos, la mejora de la logística en el espacio o de las telecomunicaciones”, “aunque fue algo colateral, porque el motivo de lanzar al hombre a la luna fue político”, apuntaba. Sobre el desafío de llegar a Marte, García-Luengo solo lo ve posible “si una unión internacional promociona un viaje como forma de mantener la colaboración en el espacio y el propio hecho de ir hasta Marte, pero no tenemos claro que el retorno científico pueda ser suficiente para justificar ese viaje”.
Entre las personas de más edad que se acercaban, todavía alguna no se creía la veracidad del acontecimiento: “llegas a un sitio hace 50 años y no vuelves, eso no puede ser verdad”, comentaba una señora, si bien en el stand se informaba de otras misiones posteriores en las que el hombre repitió presencia en la luna. Aunque muchos de los mayores tenían un recuerdo muy lejano, alguno sí rememoraba el momento: “estábamos aquí en Daimiel, viéndolo en la televisión de casa y todos atentos al cohete, a ver cuándo llega, a ver cómo viene, a ver cómo va, claro, era la primera vez que veíamos eso”.
