Que el Coronavirus ha alterado nuestro día a día es un hecho constatado. Estamos siendo testigos de los estragos que este virus está provocando en la sociedad en su conjunto y en las personas a nivel individual. Es innegable, por tanto, el impacto psicológico del COVID-19 y las secuelas físicas y anímicas que está provocando.
Mª Paz Amores Sepúlveda, psicóloga del Centro de la Mujer de Campo de Criptana, aporta, desde su experiencia en el día a día y tal y como traslada a muchos de sus pacientes, una serie de pautas para evitar que este COVID-19 se instale de forma permanente en nuestra mente y por tanto en nuestra manera de actuar.
En época de crisis hay que cuidar no sólo el cuerpo sino también la mente para preservar nuestra salud física y mental. Hay una serie de pautas que nos ayudan a sobrellevar más adaptativamente el confinamiento:
– Seguir un horario de manera habitual para realizar cada una de las actividades diarias.
– Crear una rutina para dichas actividades. Ejemplos: el lunes tareas de la casa, el martes pilates, el miércoles yoga, el jueves lectura, el viernes series…
– Practicar deporte ya que hay que conservar el tono muscular y además el practicarlo genera endorfinas que nos ayudaran a elevar el estado de ánimo.
– Hacer todo lo que no podemos llevar a cabo por trabajo y por las responsabilidades cotidianas.
– No estar sobreinformados. No estar viendo constantemente noticias del virus o de los afectados. Si estamos en un grupo de whatsapp que habla constantemente del tema o en una red social que no deja de informar, alertar y desinformar con los bulos correspondientes, evitarlos o salirnos de ahí.
– Hacer actividades en familia que nos ayude a compartir tiempo y así compensamos el que no compartimos en épocas normales.
– También es aconsejable tener durante el día nuestro tiempo y espacio para estar solos.
– Evitar ser monotemáticos. Hablar de más temas que no sea del coronavirus.
– No hacer predicciones sobre lo que puede o no ocurrir. Hay que vivir el día a día y no identificarnos con las desgracias ajenas.
– Tomar lo que estamos viviendo como algo temporal que pasará.
– Utilizar el sentido del humor ya que éste salva vidas.
– Mantener el contacto con familiares y amigos/as. Las videollamadas nos ayudan a ver a los seres queridos.
– Utilizar el aplauso de las 20:00 h. para ver a la vecindad y darnos fuerza mutuamente.
– No comer entre horas, ceñirnos a las comidas principales ya que hay veces que la ansiedad desemboca en episodios de comida compulsiva. Tenemos que
utilizar otras técnicas para combatirla como el yoga, ejercicios de relajación o respiraciones profundas.
– Evitar ver películas o documentales relacionados con virus, contagios, pandemias y catástrofes. Al contrario, que el contenido nada tenga que ver con
dichos temas y si son comedias mejor que mejor para levantar el ánimo.
– Hacer planes de futuro.
– Darnos mensajes positivos: “Esto es temporal”, “va a pasar”, “ya queda menos”, “lo vamos a conseguir”, “si lo hacemos bien antes llegaremos al final”…
– Permitirnos momentos de flaqueza, para luego retomar con fuerza el ánimo y la esperanza.
– Cuando llegue la noche pensar: “un día más” o “un día menos”.
TELETRABAJO
Si realizas teletrabajo:
– Márcate un horario y cúmplelo. Cuando llegue la hora tómalo como cuando estabas trabajando: desconecta el móvil del trabajo y apaga el ordenador.
– Haz los descansos pertinentes. No permanezcas sentada/o todo el tiempo y no los aproveches para picar sino para dar paseos.
– Ten un sitio adecuado para realizar el trabajo con unas características mínimas: luz, privacidad, espacio…
– No utilizar los fines de semana para terminar lo que no pudiste hacer durante la semana. Es tiempo de descanso.
– Poner límites a la familia en el horario de trabajo. No tienen que molestarnos o lo menos posible mientras que estemos trabajando.
– Conecta con los compañeros/as para compartir el trabajo y no sentirte solo.
– No hablar de trabajo con los compañeros/as fuera del horario laboral.
NIÑOS EN CASA
Si tienes niños/as en casa:
– No veas noticias con ellos/as ya que se pueden alarmar.
– No hables delante de ellos/as de enfermedad, contagios y muertes.
– Al igual que los adultos, ellos tienen que marcarse unos horarios y rutinas: deberes, clases on line, jugar, videojuegos, ejercicio, tv…
– Reforzarles diciéndoles lo bien que lo están haciendo.
– Hacerles entender que es algo temporal y que pasará.
– Hacer planes de futuro con ellos/as sobre lo que vamos a hacer cuando salgamos.
– Compartir juegos de mesa y actividades como manualidades o gimnasia.
– Hacer videollamadas a los seres queridos para mantener el contacto y ver que es la forma que podemos utilizar para cuando nos echamos de menos. También pueden reservarse un ratito diario para hablar con sus amigos/as.
– Animarles a descubrir actividades nuevas: hacer visitas virtuales a museos, escuchar conciertos, hacer gimnasia con nosotras/os, hacer trabajos manuales…
– No sobreinformarles. Contestar a las preguntas que ellos/as vayan haciendo evitando el catastrofismo, el morbo y terminar la explicación dándoles un mensaje de esperanza.
– Compartir con ellos/as el tiempo de los balcones y el aplauso ya que así, se sienten participes de lo que estamos viviendo.
– Dentro de las posibilidades de cada uno/a salir al patio, terraza o balcón para que les dé el aire.
– Animar a que expresen sus sentimientos. Es normal que tengan sus momentos de agobio, rebeldía, y tristeza.
– Aprovechemos para que tengan responsabilidades en casa y nos ayuden a limpiar, ordenar, poner y quitar la mesa…
– Hacer cosas especiales con ellos/as: comer en el comedor cuando solo lo hacemos en fines de semana, quedarnos un poquito más tarde por la noche, jugar a juegos de mesa, disfrazarnos, hacer competiciones…
– Disimular nuestras bajadas de ánimo (normales por otro lado), cuando estemos con ellos/as ya que nosotros/as somos su espejo en donde se miran constantemente: si nosotros/as estamos bien, ellos/as estarán bien.
– Cuando echen mucho de menos a los/as abuelos/as después de una videollamada, explicarles que no viéndoles es la única forma de protegerles para que no enfermen y que cuando esto pase lo primero que haremos será visitarlos/as para comernos a besos.
Y sobre todo, la única forma de protegernos es quedándonos en casa. Esto pasará, ya queda menos. Lo vamos a conseguir.
Mª Paz Amores Sepúlveda.
Psicóloga del Centro de la Mujer.





































































