El colesterol es una grasa que está presente en todas las células del cuerpo humano y es necesaria para su normal funcionamiento.
Se trata de una sustancia que desempeña un papel imprescindible en el organismo. Forma parte de las membranas de las células, es precursor de los ácidos biliares, que facilitan la digestión de las grasas y sirve de “materia prima” para la síntesis de hormonas sexuales y las de origen suprarrenal.
El colesterol del organismo procede de los alimentos y de lo que el hígado es capaz de elaborar por sí mismo. El hígado sirve como depósito, y es origen y destino del colesterol que va y viene de los tejidos del organismo y las arterias de manera constante
El colesterol circula por la sangre unido a proteínas que lo trasportan para ser utilizado en los lugares donde se necesita o para ser eliminado. Existen varios tipos de proteínas transportadoras pero las principales son las LDL y las HDL. Las primeras son las encargadas de transportar el colesterol desde el hígado a los diferentes tejidos del organismo, arterias incluidas, mientras que las segundas sirven para recoger el colesterol que no se ha usado y devolverlo al hígado, donde queda almacenado o se elimina.
Cuando las células son incapaces de absorber o utilizar todo el colesterol que circula por la sangre, éste se deposita en la pared de la arteria y contribuye a su progresivo estrechamiento originando la ateroesclerosis.
¿Qué se puede hacer para controlar el colesterol?
- Mantener una dieta equilibrada y libre de grasas saturadas, como la mediterránea rica en vegetales, legumbres, cereales, hortalizas y frutas.
- Realizar ejercicio físico de forma regular.
- Evitar el tabaco, ya que no aumenta los niveles de colesterol total, pero es capaz de disminuir el colesterol bueno (HDL).
¿Qué fármacos existen para tratar el colesterol elevado?
Existen varias estrategias farmacológicas para reducir el colesterol. Pueden usarse fármacos que reducen la producción de colesterol dentro del hígado o que facilitan que el hígado capte o “limpie” más colesterol de la sangre, o bien los que disminuyen la absorción de colesterol de la alimentación o facilitan su eliminación intestinal.
Las estatinas son el tratamiento de elección y en la actualidad es el más utilizado. Actúan reduciendo la cantidad de colesterol que produce el hígado, ayudándolo a eliminar el que ya circula por la sangre. Pueden reducir las cifras de colesterol LDL (colesterol “malo”) hasta en un 50%.
Los tratamientos para reducir el colesterol han avanzado de forma muy notable en los últimos años. Fruto de estos avances se han aprobado hace pocos años dos fármacos biológicos para la hipercolesterolemia. Estos fármacos se administran mediante auto inyección (de forma similar a la insulina) cada 2 o 4 semanas.
Un nuevo fármaco para rebajar los niveles de colesterol
Recientemente se ha aprobado un nuevo fármaco para controlar los niveles de colesterol LDL, también conocido como «malo», erróneamente denominado como «la vacuna del colesterol».
Se trata de un fármaco que actúa sobre el ARN de la célula, regulando de forma indirecta la síntesis y la degradación de los receptores de LDL en el hígado. Supone una nueva línea de innovación terapéutica en el tratamiento del colesterol elevado cuyo uso estará financiado solamente en hospitales
Este medicamento asegura una reducción de un 50% del LD, se administrará dos veces al año y va dirigido a pacientes de alto y muy alto riesgo y su utilización debe estar siempre asociada medidas como la actividad física o la dieta sin grasas saturadas.
Sagrario Pérez de Agreda Galiano
Farmacéutica del Centro de Información del Medicamento






































































