El próximo 3 de diciembre se conmemora el Día Internacional de las Personas con Discapacidad. Una efeméride para reivindicar los derechos y el bienestar de las personas con capacidades diferentes, tal y como estableció en su declaración, en 1992, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas.
Sin embargo, reconocer sus derechos como iguales y promover acciones que garanticen su plena inclusión en la sociedad está todavía lejos de ser una realidad plena. De hecho, el acceso al mercado laboral de las personas con discapacidad sigue siendo la asignatura pendiente del empleo en España, a pesar de ser un derecho recogido en la Constitución: “Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo”.
Un deber y un derecho difícil de encajar en un país con 2,7 millones de parados, según los datos correspondientes al pasado mes de octubre. Una situación económica y un mercado laboral convulso que está azotando en negativo a los colectivos más vulnerables y entre ellos al de personas con discapacidad.
En España, según la Encuesta de discapacidad, autonomía personal y situaciones de dependencia, publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), hay un total de 4,38 millones de personas con algún tipo de discapacidad. En cuanto al empleo, un informe del Servicio Estatal Público de Empleo (SEPE), publicado en marzo de 2023, destaca que en España hay 1.929.400 personas con discapacidad en edad laboral, lo que supone un 8% del total de la población en edad laboral, y sólo el 34,63 % de todas ellas son personas activas dentro del mercado de trabajo. Un estudio que desvela que el mayor número de personas con discapacidad se concentra en el grupo de 45 a 64 años, el 72,27% del total del colectivo.
Por grupos de edad, la tasa de empleo más elevada corresponde a las personas con discapacidad de entre 25 y 44 años, mientras que el paro se concentra principalmente en jóvenes menores de 25 años. Por sexos, la tasa de mujeres con discapacidad en situación de desempleo alcanza el 23% frente al 22% registrado en hombres.
En cuanto a la contratación, durante el año 2022 el número de contratos registrados fue de 314.948, solo el 1,72 % del total de los contratos registrados en las oficinas de los Servicios Públicos de Empleo. Del total de contratos, el 59,42% fueron a hombres y el 40,58% a mujeres.
Cifras que constatan la dificultad de las personas con discapacidad para acceder a un puesto de trabajo y el gran reto que tiene por delante la sociedad y la administración público y privada para garantizar la igualdad de oportunidades en el mercado laboral. Un reto que cuenta con el aval y el compromiso de los Centros Especiales de Empleo (CEE).
Centros Especiales de Empleo (CEE)
La mayor parte de la generación de empleo en el colectivo de personas con discapacidad lo promueven los Centros Especiales de Empleo (CEE). En España hay un total de 2.300 Centros que emplean a cerca de 100.000 personas, según datos de la Confederación Nacional de Centros Especiales de Empleo (Conacee).
En el año 2005 en la localidad ciudadrealeaña de Alcázar de San Juan, tres jóvenes comprometidos con la inclusión laboral de personas con discapacidad –Ángel Luis, David y Miguel- pusieron en marcha Grupo de Integración Almida. Un proyecto de economía social que, a lo largo de estos 18 años, se ha consolidado como uno de los Centros Especiales de Empleo de referencia en la provincia y en la región, ampliando su compromiso laboral y social a todo el territorio nacional, especialmente en las comunidades de Madrid y Andalucía.
Grupo de Integración Almida, un Centro Especial de Empleo pionero en la comarca de La Mancha y uno de los 88 registrados en la región, con una plantilla de 250 trabajadores, mantiene intactos los cuatro pilares sobre los que se constituyó: la integración socio-laboral de las personas con discapacidad; el aprovechamientos de los beneficios empresariales para la generación de nuevos puestos de trabajo; la formación y la orientación para la integración de las personas con discapacidad.
A lo largo de estos años, el Centro Especial de Empleo de Almida ha ayudado a más de 2.500 personas a mejorar su perfil profesional, facilitando la contratación a más de 500 personas. “Un gran proyecto de economía social para promover iniciativas que faciliten la plena inclusión de las personas con discapacidad en el mercado laboral”, tal y como explica su director gerente, Ángel Luis González Olivares, quien asegura que “nuestro compromiso está en la generación de oportunidades laborales a través de una formación personalizada y un seguimiento permanente de su situación personal y profesional”. En esta línea, entiende que hablar de una sociedad inclusiva e igualitaria conlleva compromiso, tolerancia, sensibilidad y también oportunidad.
Oportunidades para las personas con discapacidad que desde Almida no han dejado de buscar a través de proyectos de economía social como la creación de la Sociedad de Integración Aficam; la Asociación de Empresas de Integración Sociolaboral de Castilla-La Mancha (Einso); la Asociación de Personas con Capacidades Diferentes Almida, la transformación en un proyecto social y deportivo de Viveros Abedul, la expansión a otras áreas geográficas como Almida Andalucía y Almida Madrid Integración el Centro Especial de Empleo TSD Almida People Inclusión SL en la Comunidad de Madrid.
Asimismo, han implementado sus servicios con actividades en el sector textil (venta directa y online de vestuario laboral) y en el de mascotas. Un proyecto de reciente creación especializada en el cuidado y alimentación de mascotas. Iniciativas empresariales dirigidas a la generación de empleo para personas con discapacidad, a través de la formación y la cualificación profesional, porque “crear puestos de trabajo con nuevas cualificaciones profesionales ayuda a la inserción de las personas, primero porque crea oportunidades y también favorece la autorrealización personal y profesional”, asegura David Gamiz, representante de Almida.
Una formación personalizada que cuenta con el respaldo de la obra social de la Asociación Almida. Una entidad sin ánimo de lucro que ha contribuido a promover iniciativas de formación y educación a través de convenios con universidades como la Universidad de Castilla-La Mancha, la Camilo José Cela y la UNED.
Acciones encaminadas a apoyar la investigación científica, la educación y la formación de excelencia y a la difusión y el intercambio del conocimiento, a través del proyecto de ‘Becas Junior’ y ‘Becas Senior’ para incorporar, especialmente en el área cultural, a jóvenes y personas mayores con discapacidad.
Retos y búsqueda de nuevas oportunidades
“La acción profesional del empleo protegido a través de los Centros Especiales de Empleo se erige como la gran oportunidad hacia la inclusión para las personas con discapacidad”, explica Ángel Luis González Olivares, director gerente de Almida, quien asegura que el futuro y la sostenibilidad de estas entidades se centran en la cualificación profesional y el apoyo personalizado y especializado.
“La formación permanente y actualización cualificadora es la principal misión de los centros especiales de empleo a la hora de insertar a personas con discapacidad en el mercado laboral”. Además, “en un momento en el que tanto se habla de la despoblación, los programas de formación y cualificación profesional de los centros especiales de empleo ayudan a la retención del talento vinculado al territorio y por lo tanto son fundamentales para fijar población”.
Formación, cualificación profesional y el apoyo personalizado y especializado son claves para conseguir que cada vez más personas con discapacidad puedan acceder al mercado de trabajo. Cuestiones que, por otro lado, deben ir en paralelo con la eliminación de barreras educativas, culturales y sociales, entre otras.
Sólo así podremos avanzar en una sociedad más justa y equitativa. Una sociedad que otorgue las mismas oportunidades a todos los ciudadanos, sin dejar a nadie atrás.