El Consejo de Gobierno de Castilla-La Mancha ha aprobado la declaración del Pozo de Nieve de Campo de Criptana, como Bien de Interés Cultural (BIC), con la categoría de Monumento. Así lo ha anunciado la consejera portavoz del Ejecutivo regional, Esther Padilla, quien ha destacado que se trata de “un inmueble singular” que representa uno de los mejores ejemplos de arqueología industrial conservados en la comunidad autónoma.
“Proteger este tipo de inmuebles es cuidar las huellas que explican quiénes fuimos y cómo vivíamos”, ha subrayado Padilla, incidiendo en que estas construcciones “nos conectan con un tiempo en el que la sabiduría popular resolvía grandes retos con ingenio”.
Los conocidos como “neveros” o “pozos de nieve” eran estructuras destinadas a almacenar nieve durante el invierno para disponer de hielo en los meses cálidos, lo que permitía conservar alimentos y medicinas. En el caso concreto del Pozo de Nieve de Campo de Criptana, podía albergar hasta 190 toneladas de hielo, según ha señalado la portavoz.
La existencia del pozo está documentada desde 1752, aunque se estima que fue construido a finales del siglo XVII. Se trata de una estructura cilíndrica de planta circular, con más de seis metros de diámetro y más de siete metros de profundidad. Conserva elementos originales de gran valor, como la red de drenaje, los canales radiales y el pozo de decantación.
Ubicado a unos cuatro kilómetros del casco urbano, junto al Santuario del Santísimo Cristo de Villajos, el pozo acoge actualmente un Centro de Interpretación que permite a los visitantes conocer su historia y funcionamiento.
“Esta declaración es una oportunidad para preservar nuestro patrimonio y, al mismo tiempo, dinamizar el entorno desde el punto de vista cultural y turístico”, ha concluido Padilla. Aunque el inmueble se encuentra en un buen estado de conservación y uso, su protección como BIC refuerza su papel en la vida institucional y cultural del municipio.