El Centro Penitenciario de Herrera de la Mancha ha reforzado su infraestructura sanitaria con la instalación de tres desfibriladores automáticos (DEA), dispositivos que pueden ser cruciales para salvar vidas en situaciones de emergencia cardíaca.
Esta mejora ha sido posible gracias a la colaboración de la Diputación de Ciudad Real, que ha dotado de este tipo de aparatos a diversas instalaciones públicas de la provincia. Dos de los desfibriladores han sido instalados en Herrera de la Mancha y el tercero en el Centro de Inserción Social de Ciudad Real.
Uno de los instalados en el centro penitenciario ha sido ubicado en una zona accesible para familiares de los internos. De esta forma, se garantiza la rápida atención en caso de que se produzca un episodio de parada cardiorespiratoria durante las visitas, en un espacio donde la convivencia y el tránsito de personas es muy habitual. Garantizan, asimismo, la seguridad del personal que presta servicio en ambos centros de trabajo.
La instalación de desfibriladores en Herrera de la Mancha y en el Centro de Inserción Social de Ciudad Real es la continuación de un proyecto que la Diputación de Ciudad Real ha llevado a cabo en los últimos años, con el objetivo de convertir los espacios públicos en zonas cardioprotegidas. Este proceso comenzó en colegios, polideportivos y otras áreas de uso común en pueblos de la provincia, y se ha ido extendiendo a diferentes instituciones y servicios, ha informado la Diputación en un comunicado.
Los desfibriladores automáticos son equipos diseñados para ser utilizados por personas sin formación médica especializada. Gracias a sus instrucciones claras y automáticas, cualquier persona cercana a una víctima de paro cardíaco puede seguir los pasos indicados por el aparato y se puede tener la oportunidad de estabilizar a la persona hasta la llegada de los servicios médicos.