Con la llegada de la Semana Santa, la gastronomía cobra un papel fundamental en la tradición popular. En Campo de Criptana, el Restaurante Las Musas se prepara para estas fechas con un menú que respeta las costumbres culinarias de la Cuaresma y la Semana Santa. Su chef, Javier Romo Pontevedra, quien lleva 17 años al frente de la cocina, nos cuenta cómo adaptan su carta para la ocasión.
«Intentamos meter, sobre todo, el potaje, que es muy típico los viernes de Cuaresma. La torrija la tenemos todo el año, pero en estas fechas finaliza la versión cremosa y damos paso a la caramelizada», explica Romo. Además, rescatan postres tradicionales como la leche frita y, en algunas ocasiones, elaboran flores manchegas, evocando los sabores de la infancia y la esencia de la región.
La cocina de Las Musas mantiene una filosofía basada en el producto fresco del mercado. «Nuestra carta es de mercado, cambia diariamente según lo que encontramos. Añadimos platos según la disponibilidad y calidad de los ingredientes», comenta el chef. En cuanto al potaje, una vecina del pueblo colabora para mantener la receta tradicional: «Le metemos calabaza, espinacas, bacalao, judías y garbanzos. Es importante respetar las costumbres locales».
La demanda en Semana Santa es significativamente mayor. «Nosotros estamos bien todo el año, pero en estas fechas podríamos llegar a doblar el número de comensales. Hay gente que se queda fuera, pero tenemos un límite», señala Romo.
Para acompañar los platos, recomiendan vinos de la zona: «Tenemos seis o siete bodegas locales y siempre recomendamos los vinos del pueblo, especialmente los de cuerpo, que maridan bien con potajes y platos típicos».
El Domingo de Ramos, el restaurante ofrece un menú cerrado con chacinas ibéricas, croquetas, ensalada de langostinos con salsa rosa y frutas tropicales, además de una selección de carnes y bacalao. «Es un día muy familiar, buscamos un menú equilibrado que guste a todos», explica el chef. Durante toda la Semana Santa, mantienen una carta especial con opciones tradicionales y algunas propuestas más atrevidas, como migas o paletilla de cordero.
En cuanto a la esencia del restaurante, Romo destaca varios factores: «El entorno influye mucho, pero también la calidad del producto, el equipo de cocina y de sala. Somos rápidos y buscamos un equilibrio entre tradición y buen servicio».
Sobre la evolución del establecimiento en sus 17 años al frente, Romo señala que han superado crisis y dificultades, ajustando la estructura del restaurante y consolidando un equipo sólido. «Puede ser un palacio, pero si no hay un motor que lo mueva, es solo un museo», afirma.
Respecto a proyectos futuros, menciona que hay ideas en marcha, pero la situación del sector dificulta la expansión. «Nos falta personal y tiempo. Queremos seguir creciendo, pero sin perder nuestra esencia: aquí elaboramos todo, sin productos prefabricados», concluye el chef.
Para quienes deseen disfrutar de su cocina en Semana Santa, la recomendación es clara: «Es imprescindible reservar con antelación. Llevamos ya un mes con todo completo para los días clave», advierte Romo.
Las Musas se mantiene como un referente gastronómico en Campo de Criptana, ofreciendo una cocina arraigada en la tradición, pero con una visión moderna que permite a los comensales disfrutar de lo mejor de la gastronomía manchega en Semana Santa.