


El 3 de febrero, festividad de San Blas, es un día marcado en el calendario de Alcázar de San Juan, pues cada año los vecinos se acercan a la parroquia de Santa María para honrar al Santo elevándole sus oraciones.
Como es tradicional junto con la visita al Santo todas las personas compran los tradicionales “rosquillos del santo”, abogado de la garganta. En esta ocasión la larga cola se ha sustituido por realizar la espera en el interior del templo. Además, con motivo de las medidas sanitarias no se ha realizado el tradicional beso a la reliquia de San Blas.
El párroco de Santa María, Javier Quevedo, ha destacado en palabras a manchainformación.com que han tomado la decisión de realizar la espera en el templo “para comodidad de la gente y que no realicen la espera en la calle con el frio de estas fechas”, pudiendo dedicar el tiempo de espera a realizar sus oraciones y peticiones al Santo, manteniendo el silencio en la parroquia.
En cuanto a la elaboración de rosquillos Quevedo ha informado que “han sido más de 5000 bolsas”, venta que se está realizando a muy buen ritmo y que se espera finalice “en poco tiempo”.










































































