La sentencia considera probado que esa entrega formaba parte de un entramado mayor de venta de droga que investigaba la Guardia Civil desde marzo de 2010. Esa investigación consiguió detener al joven ahora condenado en octubre, que llevaba la droga escondida en los genitales. Así había viajado en tren desde Albacete a Alcázar de San Juan, y, desde allí, cogió un taxi que le llevaba hasta Campo de Criptana, donde fue detenido antes de entrar a esta última población. El hombre, por otro lado, tendrá que abonar una multa de 4.700 euros.





































































