La escultura, obra de la autora española-portuguesa Linda de Sousa, fue donada al alcalde Marciano Ortega, así como a otros miembros de la Corporación Municipal y personalidades de la cultura como el galerista de la Sala Domus Artis y el pintor José Manuel Exojo.
La escultura está ubicada en el marco histórico próximo a la Casa Museo de Dulcinea
y simboliza a una Dulcinea universal, y en su base están representados los símbolos de las cuatro culturas del mundo: Cristiana, Islámica, Hebrea y Oriental y es un homenaje a la universalidad de la obra cervantina en este IV centenario de la publicación de la 2ª parte del Quijote.
Linda de Sousa es una artista multidisciplinar, miembro de AICA (Asociación Internacional de Críticos de Arte) y Crítica de Arte de la Movida Brasileña. La artista indicó que esta estatua es «un homenaje a la mujer» y que «está englobada dentro un universo, pero que es una figura que representa a la transparencia de la mujer pero no desde la invisibilidad».





































































