Este grupo manifiesta que «la tala de tres chopos bolleana de 40 años en la Avenida Sara Montiel a principios de septiembre ha sido la gota que ha colmado el vaso de los ecologistas, por penúltima vez, tras la tala de centenares de árboles llevada a cabo por su Ayuntamiento durante la última década, a modo de contribución al grave problema al que nos enfrentamos por la destrucción del 50 % de la masa arbórea del planeta ocasionada por la civilización humana, tal y como refleja la revista Nature en un estudio publicado en este mismo mes de septiembre».
El comunicado de prensa continúa diciendo que Salicor-Ecologistas en Acción ha dirigido a la Junta de Gobierno Local «un duro escrito en el que acusa al ayuntamiento de haber instaurado una especie de barra libre de la tala dentro de una espiral anti-árbol en la que como no hay respeto por sus más mínimas necesidades, ni hay vigilancia, ni seguimiento, ni tratamientos curativos, ni apuesta por salvar el árbol a toda costa en compatibilidad con la seguridad, entonces lo lógico es que, cuando el árbol parece que va a toser, simplemente se le elimine y punto final».
Junto al escrito ha remitido también un informe gráfico en el que hace referencia a «casos concretos de desmoches, terciados y otro tipo de poda salvajes que han acabado con algunos ejemplares este mismo año, así como la negligencia en el mantenimiento de otros y que les abocan al mismo fin: sellado de alcorques con hormigón, abandono de nuevas plantaciones viales…».
Salicor mantiene que «cuando un árbol se ha cuidado, se ha mimado, se ha invertido en él esfuerzos y dinero para que esté sano, se va a contemplar su tala, llegado el caso por cualquier circunstancia, como algo imposible contra lo que hay que luchar y para lo que hay que proponer alternativas y remedios. Y esto, en la gran mayoría de los casos, va a funcionar, y va a ser compatible con la seguridad de las personas y bienes».
Sostiene también que «dado que el ayuntamiento ha propiciado por ignorancia u otras causas el deterioro del arbolado, queda incapacitado por el momento para la emisión de cualquier informe sobre la gestión de dicho arbolado, y mucho menos en lo que afecta a su tala, por lo que pide un cambio de rumbo en las tareas de asesoramiento y realización de informes acerca del arbolado urbano y muy especialmente del que presuntamente se pueda considerar objeto de tala».
En esta nota de prensa, exige también que dichas funciones «recaigan en una consultora o empresa con experiencia amplia, reconocida y acreditada a nivel nacional en este tema, priorizando de forma absoluta a aquella o aquellas que hayan demostrado un espíritu más conservacionista y de respeto al árbol». Su trabajo se desarrollaría en varias fases que abarcarían la evaluación general de todo el arbolado para dar solución a los casos puntuales de riesgo, la elaboración de un Plan director de Mantenimiento y la realización de un estudio de ampliación general del arbolado vial en la población. Todo ello se
complementaría con un plan de formación para el personal de parques y jardines y la realización de actividades que lleven a la implicación de la población en la defensa del árbol urbano.





































































