


Cultura y tradición popular fueron los ingredientes principales de estas fiestas comenzando como cada jueves y viernes anteriores a los días que se festeja San Antón, su Hermandad se pone manos a la obra, y nunca mejor dicho, para cocinar las tradicionales tortas en sartén.
Los miembros de la Hermandad cuentan que su secreto para hacer este producto típico de estas fechas es pasión, esfuerzo, tiempo y ganas, muchas ganas. Además emplean harina, agua, levadura y masa madre.

Para preparar la masa, se añaden todos los ingredientes antes citados en la amasadora dejando que se mezclen bien todos los productos durante 15-20 minutos y después se deposita la masa en recipientes para que reposen de 2 a 3 horas. Pasado ese tiempo se le van dando pellizcos a la mezcla y se van haciendo bolas del tamaño de una bola de ping-pong. Estas se van dejando encima de una mesa y dejamos de nuevo reposar durante 10-15 minutos. Una vez terminado ese periodo de tiempo de cogen las bolas y se aplastan con un rodillo dándoles forma circular. Y para finalizar se echan en una sartén con aceite de oliva muy caliente y esperamos a que se doren bien por las dos caras.
Luis Muñoz, vocal de la Junta Directiva de la Hermandad afirma que cocinar estas tortas en San Antón es una tradición que se lleva realizando año tras año, inculcándoselo de abuelos a padres y de padre a hijos y así sucesivamente. Este producto típico tienen dos finalidades, la primera es transmitir la tradición a todo el municipio de Campo de Criptana y la segunda es recaudar dinero para poder mantener durante todo el año la Ermita de La Madre de Dios.
Son alrededor de 1.200 unidades las que prepararon y vendieron después de la misa y la procesión del sábado, en la que la Banda de Cornetas y Tambores Cristo de la Elevación acompañó a la talla en su recorrido por su “barrio”.

El sábado por la tarde los criptanenses no se quisieron perder la tradicional hoguera y el domingo de San Antonio Abad se desarrolló la Bendición de los animales. Tanto pequeños como mayores no quisieron perderse esta cita y juntos llevaron a sus mascotas a la Ermita de la Madre de Dios para bendecirlos y visitar a su imagen y tocar la campanilla del cerdito.

El carácter lúdico-deportivo lo añadieron dos actos que cada año se organizan: un campeonato de pádel y una competición de automodelismo, a los que no faltaron ni el público ni los participantes con sus ganas de triunfo.






































































