Como históricamente vienen haciendo los argamasilleros, el último domingo de abril se reúnen en el entorno del Castillo de Peñarroya, donde la Virgen tiene su ermita, para celebrar que a media tarde diez devotos y devotas, más la portadora del estandarte, la llevarán a hombros los aproximadamente 12 km. que separan el santuario de la localidad.
Aunque precedida de la lluvia durante la tarde-noche del sábado, la climatología ha respetado a los romeros y les ha permitido celebrar y disfrutar de este día tan importante para los argamasilleros y devotos de la Virgen.
A las 16.30 h. la imagen salía de su ermita con destino al humilladero, donde este año, como novedad, en un momento emotivo para los portadores y familiares se ha nombrado uno a uno, “por el encardado de las correas”, a los once hombres y mujeres que este año han tenido el honor de llevarla. Es a partir de este momento cuando empieza el traslado.
A las 16.57 h., iniciaba la Virgen de Peñarroya y los cientos de acompañantes su camino, llegando a la localidad superadas las 19.11 h., donde era recibida por las autoridades políticas y religiosas locales; entre ellos, el alcalde, Pedro Ángel Jiménez; el Hermano Mayor de la Virgen, Cristóbal Jiménez; el párroco local, Ángel Almansa, y junto a todos ellos cientos de personas estallando de júbilo al tener de nuevo de regreso a su patrona.
Aunque el “protocolo” se repite año tras año, hay dos momentos que siguen emocionando a los vecinos; el primero, con menos años de tradición, es la parada en la Residencia de Mayores “Ntra. Sra. de Peñarroya” para que los residentes y usuarios puedan ver a su patrona y entregarle un ramo de flores, y la otra, la más emotiva, es la entrada a la iglesia parroquial San Juan Bautista, mientras suena el himno nacional, seguido de vivas a la Virgen, a su hijo (el chatillo), y a los que la han llevado de regreso a la localidad.





































































