La obra del genio “traspapelado”, en palabras del crítico Juan Manuel Bonet, refleja una gran preocupación humanista. La exposición dividida en tres etapas vitales de José Suárez refleja La Mancha a través de una serie de imágenes de El Toboso, Campo de Criptana, El Pedernoso y Argamasilla.
La etapa denominada Retorno muestra la peculiar ruta del Quijote del fotógrafo a través de unas imágenes que, con la sobria elegancia de su blanco y negro, nos trasladan, este año en el que se conmemoran los 400 años de la muerte de Miguel de Cervantes, a esos paisajes de molinos y galgos, donde José Suárez decía que “fue en busca del Quijote y sólo encontró Sancho Panzas”, entristecido al regresar en pleno franquismo a una España parecida a la que había dejado en el 36.
Además de fotografiar La Mancha, Suárez también retrata su Galicia natal, Salamanca, Glyndebourne y Japón, entre otros lugares. La muestra incluye también retratos de grandes intelectuales y artistas que el fotógrafo conoció a lo largo de su vida, como Miguel de Unamuno o Rafael Alberti.
Se exhiben un total de 173 fotografías –ordenadas en varias series- así como más de un centenar de documentos y publicaciones. En las vitrinas pueden verse libros y revistas donde aparecieron sus fotos, reseñas, escritos, etc. que permiten contextualizar las fotografías y mostrar algunas de las que no se conserva ni copia ni negativo.
La exposición organizada y producida por el Instituto Cervantes y la Xunta de Galicia podrá visitarse hasta el 11 de septiembre de martes a viernes de 16.00 a 21.00 horas, los sábados de 11.00 a 21.00 horas y los domingos y festivos de 11.00 a 16.00 horas en calle Alcalá, 49 (Madrid). La entrada es gratuita, por lo que no hay excusa para ver La Mancha a través de los ojos de un gallego en el centro de Madrid.







































































