
En nuestras casas ya cuelgan en los armarios los disfraces de estos carnavales, aunque todavía algunos seguirán dando puntadas hasta el último día.
Podremos volver ver a nuestros pequeños, con sus caras pintadas y sin miedo al frío, recorrer las calles al ritmo de la música carnavalera, y de igual modo al día siguiente, las grandes comparsas locales nos alegrarán con sus divertidas puestas en escena y con sus llamativos trajes. Todos es diversión y buen ambiente.
Esta es una fiesta hecha por el pueblo, para el pueblo y para todos aquellos que quieran vivir unos carnavales diferentes. Todos participan, ya sea cosiendo, bailando, animando o componiendo los famosos chascarrillos. La gente muestra su mejor sonrisa e inunda cada rincón de esta hermosa localidad, de colorido y fiesta. El Carnaval del Toboso abre sus puertas para tod@s y les invita a unirse a una fiesta popular donde podrán olvidarse de su rutina y bailar, cantar o reír hasta que el cuerpo se lo permita.
No somos Cádiz, ni Tenerife y menos aún Rio de Janeiro, somos distintos porque lo nuestro no es solo desfilar, sino que nos gusta representar lo que nos ha llamado la atención a lo largo del año, y esto lo hacemos de una forma muy curiosa que son los chascarrillos (estrofas cómicas e irreverentes). Este año queremos reivindicar un personaje carnavalero que siempre deja una gran huella entre los más pequeños. Se trata del Aliguí. Es una persona disfrazada que lleva una caña y en la punta una cuerda con un higo y dando golpes se la ofrece a todo el mundo paratodo el mundo paraque la coja, y va recitando continuamente unas frases que son: Aliguí, Aliguí con la mano no con la boca sí.
Aunque los deseos siguen siendo los mismos que en años anteriores, trabajo, salud, y felicidad para todos, también las ganas de disfrutar y de que la Patria de Dulcinea suene por todas partes nos anima a enfrentarnos a estos carnavales con ilusiones renovadas y con ganas de hacerlo cada vez mejor.
Somos “el primer carnaval”. Anímate a disfrutarlo. No te calles. Díselo a todos.






































































