



Se trataba del único de los 14 molinos harineros que había en el siglo XVII y que fue posteriormente reconstruido en 1728 que aún se mantenía intacto y sobre el que el Ayuntamiento de La Puebla de Almoradiel ya se encontraba en trámites de recuperar tras firmar la compra-venta del mismo por una cantidad simbólica de 3.000 euros a la familia Huertas en un plazo de dos semanas.
El objetivo de la Corporación Municipal era adquirir el molino con el fin de rehabilitarlo y convertirlo en un reclamo turístico de la localidad. Alberto Tostado, alcalde de la localidad manchega, ha manifestado que a pesar del acto vandálico “seguimos con el tema de la compra-venta pero ahora lo que tenemos en vez de un molino de 1728 es un montón de cenizas”.
Todo parece indicar que el incendio tuvo lugar el miércoles por la noche ya que hasta el jueves por la tarde, nadie se percató del incendio hasta que una patrulla de la Policía Municipal de La Puebla visionó el humo procedente del edificio. Cuando llegaron al lugar de los hechos, las vigas de madera estaban completamente calcinadas y se había desplomado parte del techo.
La puerta del molino Pingazorras mostraba signos de haber sido forzada, según Tostado, “se sabe que es intencionado y además parece que ha habido ensañamiento, ya que el fuego se ha iniciado en distintos focos del interior del Molino”. A esto hay que sumar que “está una zona que no muy conocida y accesible, por eso el que haya ido lo ha hecho intencionadamente, no es una zona donde vayan los gamberros. Está en una zona alejada del pueblo”, ha destacado el alcalde.
Tostado ha mostrado su malestar a manchainformación ya que “es una pena porque estábamos luchando mucho porque fuera público y municipal y ahora que casi lo tenemos y lo vamos a tener, nos ha pasado esto”, ha apuntado.
A pesar de la situación, el alcalde ha manifestado que “nuestra intención es seguir con el proyecto de rehabilitación y conservación. Ahora será mucho más costoso porque tenía la maquinaria original y habrá que reemplazarla”. En cuanto a la cuantía que supondrá el nuevo proceso de restauración y rehabilitación del Molino Pingazorras tras el acto vandálico, Tostado ha declarado que “el gasto es incalculable porque es de 1728 y el valor que tiene no se puede catalogar”.
Hasta el momento se desconoce quiénes han podido ser los autores de los desperfectos de un bien patrimonial datado en el siglo XVII.
Un técnico de la Junta acudirá hasta La Puebla de Almoradiel el próximo martes para realizar una visita ocular y dictaminar un informe, ya que desde el Ayuntamiento de la localidad, se pretendía convertir el Molino Pingazorras en un Bien de Interés Cultural y “actualmente la situación se continúa tramitando”, ha indicado el alcalde de la localidad.






































































