El ponente citó a diversas investigaciones internacionales para sustentar sus propuestas. La primera, que la psiquiatría está en la hora adecuada para efectuar un cambio de paradigma. La segunda, que “disponemos de los recursos adecuados para que las intervenciones profesionales se orienten hacia la recuperación de las personas con enfermedad mental, garantizándoles una vida plena a todos los niveles”, según dijo.
También explicó que el enfoque de los tratamientos debe ser multidisciplinar y en equipo, contemplando medidas farmacológicas, psicoterapéuticas y sociales, haciendo hincapié que las medidas sociales como la integración social y laboral, tienen mayores efectos recuperativos que los medicamentos. Puso el ejemplo de que en Suecia, el índice de recuperación es mucho mayor que en Estados Unidos, debido a que su sistema de protección social es mucho mejor.
El cuarto pilar que explicó es que “se debe trabajar en intensa colaboración con los pacientes y con las familias, dándoles posibilidades de aportación y diálogo”. Los tratamientos individualizados de relación médico-paciente exclusivos están obsoletos y deberían desaparecer, a su juicio. Aportó una serie de datos, como que en España, el índice de recuperación está en un 33 % lo que es muy bajo y es señal de que algo no hacemos bien. Solo el 13,5 de las personas que padecen esquizofrenia se recuperan. Hay que fomentar las intervenciones preventivas, antes de que aparezca la enfermedad en forma de brote y, aunque los detractores de este enfoque dicen que es muy caro, se ha demostrado que por cada euro que se invierte en prevención, el sistema sanitario recupera siete euros, lo que quiere decir que es rentable.
Denunció la falta de profesionales capacitados y motivados, de medios técnicos, de programas formativos, de políticas sociales que mejoren el contexto de los enfermos (actualmente estamos abocados a la pobreza y la exclusión) e hizo hincapié en una especie de nihilismo que embarga a muchos profesionales y que les impide ser eficaces y positivos para el cambio que se necesita. Por último, volvió a reiterar que el sistema sanitario y social tiene recursos para prevenir las TMG pero no se aplican, las pautas de tratamientos nuevos están escritas y elaboradas, pero falta voluntad política y profesional para aplicarlas. Y terminó explicando la estructura de una nueva forma de intervención profesional que tendría en cuenta siguientes factores como un Gestor de Casos, la Coordinación acentuada con la Atención Primaria, el Tratamiento farmacológico básico, la Promoción de la Salud física del paciente (ejercicio y dieta), el Contacto y colaboración permanente con las familias, las Terapias psicológicas con regularidad e intensidad y los Programas de empleo que permitan la inserción laboral y social de las personas con enfermedad mental
La Asociación Luz de la Mancha agradeció, en el acto, la presencia de las 85 personas, aproximadamente, que asistieron a la Conferencia, entre las que había representación de varios Ayuntamientos de la Comarca Mancha Centro, diversos partidos políticos, sindicatos como CCOO, y organizaciones sociales. Agradeció también la colaboración del SESCAM y de la Gerencia del Hospital Mancha Centro que les han facilitado el salón de actos y sus recursos de megafonía y proyección.








































































