Esta era la segunda edición de esta iniciativa que mezcla la cultura y el turismo y que pretende ser una alternativa diferentes para los centenares de turistas que llegan a la villa molinera y también para los criptanenses y visitantes de otros municipios de alrededor que también se podían contar por cientos en la noche del sábado.
Teatro música y diversión se mezclaron con una iluminación que le confería el tono añil a los gigantes contra los que luchara Don Quijote y entre las diversas representaciones teatrales y conciertos de música muy variada, los molinos históricos mantuvieron su blanco natural y acogieron la mayor parte de las actividades.
El molino Burleta fue uno de los que registró una mayor concentración de personas puesto que estuvo haciendo la molienda tradicional que se podía apreciar tanto en el exterior con el movimiento de sus aspas como en el interior viendo el resultado de la molienda del cereal. Una actividad que contó con un guía que iba explicando a los visitantes el proceso y otras curiosidades.
Y precisamente, a los pies de este ‘gigante’, la Asociación de Hidalgos Amigos de los Molinos puso en escena un nuevo entremés cervantino, al tiempo que estuvo invitando al público asistente a un zurra con titos.
Los molinos Infanto, Culebro y Quimera fueron los escenarios naturales elegidos para disfrutar de música de todos los estilos ya que actuaron un cuarteto de saxos dirigido por Alberto París, el grupo Burdel y el grupo Ni Fun ni Funk.
Además, y para completar la ruta nocturna, todos los recursos patrimoniales e históricos de la Sierra de los Molinos estuvieron abiertos, entre ellos, la cueva-granero, el molino de Sara Montiel y el museo de los artesanos.





































































