La Fundación “La Merced Migraciones” ha presentado, en una rueda de prensa, la Memoria de actividades de la labor social que desarrolla con migrantes en la localidad ciudadrealeña de Herencia. Ha sido en un encuentro con los medios celebrado este 7 de octubre en el que han estado presentes el padre Pepe Avilés, comendador del Convento Mercedario de Herencia y Secretario del patronato de la Fundación, junto a Saliff Marna, uno de los residentes que ha ofrecido su testimonio, la educadora Pilar Moreno-Manzanaro y el voluntario José María Sánchez-Aguilera.
Bajo el título “Un pueblo que acoge” se ha presentado esta memoria de la que Pepe Avilés ha puesto en valor “el trabajo de la Merced, que consiste en acoger a personas migrantes y refugiadas y acogerlas en los nuevos espacios a los que llegan”, resumiendo la memoria de estos últimos años y refiriéndose especialmente a esta casa. “La Fundación no son solo cifras, sino nombres e historias reales. En la Fundación caminamos con el pueblo de Herencia en su conjunto, nos integramos en él, y eso da sentido a toda nuestra actividad”, destacaba.
“Estamos acostumbrados a trabajar en ciudades como Madrid, Málaga o Elche, y venir a un pueblo era un reto, pero la experiencia de estos años es muy positiva. El contacto cercano con los vecinos hace más rápida la integración de las personas que aquí residen”, narraba sobre la experiencia de los residentes con los vecinos del municipio manchego.
Ya en el año 2019 se empezó a ofrecer un espacio a familias que no tenían un hogar en el Convento mercedario, se les facilitó trabajo estable y hasta ahora se ha venido poniendo de su mano la empleabilidad: “En 2022 se acogió a una familia ucraniana y a otras familias emigrantes, y en noviembre de ese año pusimos en marcha ya de forma firme este proyecto”, explicaba Pepe Avilés.
«La palabra fundamental de esta memoria es acoger, y eso supone que un pueblo esté abierto»
Y se ha referido a la historia de la Fundación: “Somos una entidad que apuesta por recursos de acogida que sean casas y hogares; nuestro modelo es distinto al de otros hogares. En 2023 tenían 18 casas de acogida que sumaban 190 plazas; este año tienen ya 36 plazas más. Trabajamos en distintas sedes para ofrecer mayores oportunidades, con atención psicológica u orientación laboral desde servicios especializados”, exponía en el encuentro con los medios. Y recalcaba que “la palabra fundamental de esta memoria es acoger, y eso supone que un pueblo esté abierto, suponen brazos abiertos para provocar un abrazo y suponen también mentes abiertas, abandonando prejuicios, reconociendo la dignidad mutua”.
El testimonio de Saliff Marna
Saliff Marna, uno de los residentes, ha ofrecido un testimonio durante la rueda de prensa, explicando su particular y emotiva historia: llegó a Lanzarote en patera, luego fue trasladado a Las Palmas y a Tenerife. “Estuve tres meses allí, me trasladaron a Madrid hasta que, gracias a Dios, me acogió la Fundación: pasé de Guadalajara a Valladolid y finalmente a Herencia. Aquí me formé en albañilería y gracias a ello conseguí trabajo”, explicaba recordando la dureza de los comienzos y cómo la Fundación lo integró en la sociedad. “Herencia es amable”, concluía su testimonio este residente procedente de Guinea Bissau
Por su parte, la educadora Pilar Moreno-Manzanaro y el voluntario José María Sánchez-Aguilera han concluido el encuentro con los medios narrando el día a día que llevan a cabo con los residentes, a los que enseñan clases de español y los forman para integrarlos en el mercado laboral.
En la actualidad hay siete jóvenes de países como Venezuela, Marruecos, Malí o Gambia.