Esta iniciativa, realizada por un colectivo formado por estudiantes y parados y sin grandes recursos, ha culminado esta mañana con la finalización de la obra y con la entrega, por parte del alcalde de Quintanar, Carlos Madero, a la artista argentina Milu Correch del escudo de bronce de la localidad. A este acto, además, han asistido el concejal de Cultura, Vicente Rodríguez, el concejal de Infraestructuras, Vicente Botija, la concejal de Igualdad y Mujer, María de los Ángeles Martínez, y Santiago González, organizador del proyecto.
Carlos Madero ha afirmado que “este proyecto es todo un acierto, no sólo por los valores que representa, cultura, unión…, sino también porque nos ha permitido regenerar un espacio urbano con uno de nuestros mayores símbolos: la Dulcinea de Don Quijote de La Mancha. El Ayuntamiento está orgulloso del resultado y no dudará en colaborar en proyectos similares en el futuro”.
Regenerar el espacio urbano
La fachada tiene 30 metros de alto y una superficie de 350 metros cuadrados. La iniciativa, nunca antes propuesta en el municipio, ha tenido como objetivo regenerar el espacio urbano e impulsar el turismo a través del street art y el muralismo.
Tras su paso por ciudades como Roma, Viena, Lisboa y Madrid en su gira europea, la argentina Milu Correch llega a Castilla-La Mancha con la intención de abrir las páginas de Don Quijote, rescatar a Dulcinea del paso del tiempo y potenciar el embellecimiento del edificio, resaltando el valor artístico urbano de Quintanar.
El proyecto se ha realizado con la colaboración del Ayuntamiento de Quintanar de la Orden, la Plataforma por el desarrollo de La Mancha toledana, la Asociación Micorriza, la Asociación Juvenil Tempus L y la cooperativa agrícola Bodegas Entremontes.