Un abarrotado Teatro Municipal escuchó este sábado a Fernando Ónega pregonar la Semana Santa de Alcázar de San Juan. El conocido periodista compuso un sentido texto en el que no faltaron referencias a la actualidad, con las que quiso ejemplificar que la Pasión de Cristo sigue vigente en mil y una actitudes de insolidaridad, de pobreza y de violencia.
En este sentido, señaló que al igual que San Pedro, los hombres seguimos hoy negando a Dios. “Nos acordamos de él en la necesidad, pero le negamos en público porque creer nos parece antiguo”, dijo. También mencionó la actual crisis económica para señalar que la bolsa de las treinta monedas con la que Judas entregó a Cristo se ha convertido en la adoración por los mercados, y estableció un paralelismo entre ese Pilatos que se lavó las manos ante la condena a Jesús con los políticos, los banqueros o los líderes de opinión que callan ante la miserable realidad de los que no tienen nada, viven en la calle o son embargados. Por todo ello, Ónega reclamó que la Semana Santa “mantenga la fe” y pidió a Cristo “que nos ayude a construir la paz y el sentido de la justicia”.
El pregonero salpicó su discurso mencionando las diferentes advocaciones de Jesucristo y la Virgen que existen en la Semana Santa alcazareña, deteniéndose en subrayar el dolor de la madre a la que le fue arrebatado su hijo. Asimismo, quiso homenajear “al nazareno, al cofrade humilde y al pueblo llano que asiste a las procesiones, que reza”, y aseguró que “si la Semana Santa no existiera, la fe no tendría el mismo vigor”. “La fe necesita salir y expresarse, por lo que la Semana Santa es una llamada del alma que convoca y renueva la fe”, aseguró.
Hay que recordar que Fernando Ónega ya estuvo en Alcázar en 1996 como pregonero de las Fiestas de la Vendimia y de la Virgen del Rosario. Además, ha pregonado la Semana Santa de otras ciudades como Zaragoza, León o Marbella.
Ónega, que momentos antes del pregón confesaba sus nervios ante los medios, destacó de la Semana Santa de Alcázar de San Juan que es un compendio de cómo se vive esta fiesta en otras zonas de España, con la sobriedad del norte y la alegría del sur.
Por su parte, el alcalde, Diego Ortega, destacó la importancia cada vez mayor que tiene Alcázar en lo que respecta al ámbito cofradiero, gracias a la labor incansable de sus hermandades. Asimismo, tuvo un especial recuerdo para Fructuoso Castellanos, cofrade y capataz fallecido recientemente. “Será una Semana Santa diferente y triste, aunque su espíritu estará en cada acto y en cada cofradía”, afirmó. También agradeció el trabajo de Manuel Tejado, que se despidió el año pasado como presidente del Consejo General de Hermandades y Cofradías.
Por otra parte, Ortega anunció que en su afán de colaborar en todo lo posible con las hermandades de la ciudad, el Ayuntamiento les cederá la antigua nave de usos múltiples, situada en la Avenida de Criptana, para que las que lo necesiten puedan guardar en ella durante el año sus pasos en las mejores condiciones.
En el pregón también intervino el consiliario del Consejo, Jesús Herrera, quien se centró en “la crisis espiritual y moral, y en el paganismo” que, a su juicio, impregna a la sociedad actual. Según dijo, en este ambiente “la Iglesia necesita a las cofradías para el anuncio de la caridad; deben seguir transmitiendo el mensaje de la salvación”.
Herrera también indicó que la Semana Santa ha de ser “una llamada a la solidaridad con las personas y a la austeridad”, y se preguntó, “sin ánimo de ofender”, cuánto presupuesto han dedicado a lo largo del último las hermandades para obras asistenciales, cuánto se ha recortado del gasto de la salida procesional y si se han pospuesto estrenos patrimoniales para atender a quienes necesitan ayuda.
Por su parte, el presidente del Consejo de Hermandades, Juan Carlos Quero, entregó un recuerdo a los tres cofrades que le antecedieron en el cargo, así como al presidente de la Asociación Banda de Música de Alcázar y a los pregoneros de 2009 y 2011, Javier Ruiz y Marcos Galván, encargados de presentar el acto y al pregonero de este año, respectivamente.
Para finalizar, la Banda de Música de Alcázar ofreció un concierto dividido en dos partes: una primera de música sacra, con obras de Bach, Händel y Smith; y una segunda con las marchas procesionales “Mantillas de Jueves Santo”, “Reina de la Soledad”, “Hosanna in excelsis”, “La Macarena” y “La Madrugá”.
Coincidiendo con el pregón se distribuyó entre los asistentes, al precio de dos euros, el libro de la Semana Santa de 2012 editado por el Consejo, que incluye diferentes artículos, además de toda la información relativa a las salidas procesionales de las nueve hermandades alcazareñas.