Así lo ha manifestado Tirado durante su intervención en la clausura de la II Conferencia Internacional enmarcada en la II Cumbre Internacional del Vino donde ha aseverado que “Castilla-la Mancha vive y convive desde tiempos ancestrales con el vino, hasta el punto de haberse convertido en parte consustancial de su propia identidad”.
En este sentido ha desvelado que hace dos años aproximadamente cuando la Presidenta Cospedal le llamó y «me transmitió su deseo de organizar una cumbre internacional del vino en nuestra tierra y hoy ya celebramos la segunda edición, algo que sin duda demuestra que cada año va a Mas y mejor porque nuestros vinos hoy son referentes en calidad».
Asimismo Tirado ha destacado que “hoy Castilla-La Mancha está en condiciones de rivalizar al más alto nivel de calidad en cualquier mercado nacional o internacional”.
Ha subrayado que «Castilla-La Mancha ha dado pasos de gigante en materia de comercialización e innovación tecnológica, con el resultado de un incremento paralelo en su calidad y en la extensión de sus mercados».
Tirado ha señalado que «estamos afrontando la segunda edición de la Cumbre Internacional del vino, que como todos ustedes saben se está desarrollando en torno a cinco grandes ejes, a saber, la Conferencia Internacional que estamos ahora clausurando, en la que han participado grandes expertos nacionales e internacionales del mundo del vino, mañana tendremos una novedad de esta segunda edición como es el maridaje entre vino y cocina donde como ya ha dicho la consejera contaremos con protagonistas de lujo, así como diversas actividades culturales, mesas redondas y charlas para poner en valor la relación del vino y la gastronomía».
Asimismo por la noche podremos disfrutar de la segunda Noche en vino en la que participan 16 localidades de la región, y concluiremos el sábado con las jornadas de puertas abiertas en las bodegas.
«El vino es para muchos miles de familias castellano-manchegas una forma de vida ha conformado una forma especial de ser y de sentir» y ha asegurado que «esta región transpira aroma de bodega y lleva el vino en su código genético.
Durante más de setecientos años, decenas de miles de castellano-manchegos han identificado su destino con la vid, a la que han entregado lo mejor de sus vidas».
El vino castellano-manchego tiene las cualidades de sus llanuras; la pureza de sus cielos despejados, la generosidad de sus horizontes infinitos y el cálido sabor de sus soles poderosos.