Este año, no podemos olvidar que lo hacemos en un contexto de Nueva Evangelización. Nos lo recuerda el papa Benedicto XVI y lo recoge nuestro nuevo Plan Diocesano de Pastoral. Se necesitan un coraje y una audacia nuevos en nuestra acción evangelizadora. Sobre todo, porque la cultural actual pone a la fe cristiana, a su anuncio y a su testimonio ante retos y desafíos muy serios.
Es muy ilustrativa, en este sentido, la imagen del «patio de los gentiles», que nos indica el contexto en que nos encontramos los creyentes, y la necesidad de dialogar con el hombre hoy, ajeno a dios de modo muy significativo, pero, a la vez, sediento de Él.
Aparentemente, nuestras Hermandades y Cofradías, son grupo que, también hoy, «dan la cara» y testimonian su fe incluso en medio de la calle. Pero debemos preguntarnos: ¿lo hacen de modo que quienes promueven estas manifestaciones y quienes las contemplan se puedan aproximar un poco más a Jesucristo? O, por el contrario, ¿lo hacen en medio de piques y divisiones?, ¿lo hacen desde situaciones familiares y profesionales poco acordes con la doctrina de la Iglesia? Y no se trata de hacer cada día más cosas, sino en hacer lo que sea realmente necesario y con más sentido.
En definitiva, se trataría de que este año aumentáramos nuestros esfuerzos por descubrir que estamos llamados a ser transmisores de la fe para todos nuestros hermanos. Y que, desde ahí, revisáramos nuestras actuaciones, personales y comunitarias, para hacer de ellas un verdadero testimonio creyentes y no algo que, a veces, pudiera incluso escandalizar.
Que la Virgen haga de nosotros los testigos que el mundo de hoy necesita.
Vuestro Obispo,
† Antonio Algora,
Obispo prior