Con este motivo se proyecto el documental, filmado en Caravaca de la Cruz (Murcia) durante los primeros días de mayo de 1924, con motivo de las Fiestas Patronales en honor de la Santísima y Vera Cruz de Caravaca. Durante la invasión napoleónica, la Cruz permaneció oculta por miedo a la rapiña que caracterizó a las tropas francesas. La Cruz fue objeto de un robo sacrílego en 1934. Los ladrones sólo hurtaron la sagrada astilla, dejando abierto el relicario cruciforme. Tras la Guerra Civil Española, Pío XII concedió a Caravaca un nuevo Lignum crucis. Era el año de 1945. La ciudad celebró con grandes fiestas el restablecimiento de la reliquia.
La réplica de la reliquia de la Cruz de Caravaca, se encuentra expuesta junto a la Cruz de Mayo de la Asociación de Belenistas, decorada con sencillos motivos florales, candelabros y velorios, en la que aparece entronizado el Santo Niño de la Gracia, talla del siglo XVI, perteneciente a la escuela sevillana de Martínez Montañés.
La Cruz de Mayo de la Asociación Belenista podrá ser visitada todos los fines de semana de mayo en la Sanctorvm de Quintanar de la Orden: sábados tarde (de siete a nueve de la tarde), domingos y festivos por la mañana (de doce del mediodía a tres de la tarde).
La tradición de las Cruces de Mayo
Con el nombre de Cruz de Mayo, nos referimos a las cruces que se instalan o visten, en diferentes lugares de nuestras ciudades para adorar y homenajear al Símbolo central del Cristianismo. En esta celebración, nos vamos a encontrar la Cruz sin la imagen de Jesús. El centro de culto y adoración va a ser sencilla y llanamente la Cruz.
La costumbre de instalar o hacer una Cruz, es tan antiguo como los mayos mismos. Desde tiempo inmemorial la iglesia ha celebrado el día 3 de mayo, la fiesta de la invención de la Santa Cruz, como consecuencia, de la creencia del hallazgo en el año 326, por Santa Elena, madre del Emperador Constantino, de la “verdadera Cruz” en la que fue crucificado Jesús. La halló en un paraje desolado y frío, en medio de un extraño resplandor. La mujer extasiada y conmovida, quiso adornarla con sus joyas, para así hacer un acto de homenaje y reconocimiento.
El origen de estas celebraciones de las Cruces de Mayo en la península puede deberse, a que una vez expulsados los moros y judíos de España, quedó abundante población de ambas culturas en la parte sur peninsular. Desde muy antiguo se realizan celebraciones durante esta época que en muchos pueblos de nuestra provincia se centran en la costumbre de vestir cruces y cantar mayos.